El amigo enemigo

Tania Katherinne Melo Cortes*

Colombia está atravesando por un momento histórico: El proceso de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC. Un asunto que, sin duda alguna, ha sido rimbombante y polémico a lo largo del mundo, al tratarse de un conflicto que se extendió por más de cincuenta años.

Hoy, el Acuerdo de Paz desarrolla su fase inicial: La dejación de las armas por parte de las FARC en las denominadas Zonas Veredales, bajo la supervisión y regulación de la ONU. Al final de la fase, los combatientes de esta guerrilla deberán salir de dichos campamentos, sin armas y vestidos de civil, dejando  atrás las botas y los trajes camuflados que portaron por medio siglo. Y en ese punto, iniciarán el proceso de reincorporarse a la sociedad civil para construir una nueva vida, lejos de la violencia.

Sin embargo, es difícil para muchos comprender que un guerrillero pueda volver a la sociedad y convivir en paz. Por ello es pertinente analizar, desde el punto de vista de un especialista, el tema de la reintegración, para entender este proceso.

Daniel Pardo Calderón es investigador y profesional en gobierno y relaciones internacionales y especialista en alta gerencia de la Defensa Nacional. Actualmente trabaja para la FIP (Fundación Ideas para la Paz), fundación creada en 1999, con el objetivo de aportar a Colombia estrategias hacia la construcción de paz.

Pardo ha participado en proyectos relacionados con el posconflicto, específicamente en temas como Justicia Transicional, consolidaciones territoriales y medidas de estabilización de conflictos.

Tania Melo:

Quisiera abordar un tema que está próximo a hacerse una realídad en el país, el tema de la reinserción o reintegración en Colombia. Empecemos por aclarar estos términos y qué diferencia hay entre ellos.

Daniel Pardo:

Cuando hablamos de reinserción, reintegración, reincorporación, estamos hablando de temas genéricos, que, en esencia, aluden a una misma lógica, que es este tránsito de excombatientes de la guerra hacia la paz. Sin embargo, cuando hablamos, por ejemplo, de reintegración y reinserción sí hay algunas diferencias técnicas, la reinserción es más una fase de corto plazo, de inmediatez; es decir, una fase intermedia entre lo que vendría siendo la desmovilización y la reintegración, donde se les entregan paquetes de ayuda, como refugio, ropa, alimentos, atención en salud, etc. En cambio, la reintegración es más de mediano y largo plazo.

T.M:

Evidentemente, los procesos de reintegración no han sido diáfanos para los colombianos, y esto conlleva a que exista desinformación y se genere inconformismo. ¿Qué estrategias sería pertinente plantear para hacer partícipes, no solo a los que están involucrados directamente, sino también a todos los colombianos?

D.P:

Es clave el rol que jueguen centros de pensamiento, como la FIP, desde el punto de vista técnico, pero también desde el punto de vista informativo, como tú lo mencionas. En efecto, hay muchas personas que desconocen el tema. Puede que sea un tema muy técnico, pero en la práctica es un tema que inevitablemente involucra a la sociedad en su conjunto porque estamos hablando de la reincorporación de personas que antes estaban alzados en armas y que necesariamente van a tener que lidiar con nuevas realidades y enfrentarse a nuevos contextos. Una estrategia clave es poder convocar, por ejemplo, a la academia y a los centros de investigación alrededor de todos estos temas, para empezar a socializar lo que se está negociando.

T.M:

¿Cuál es la relación entre los conceptos de paz y reintegración que trabaja la FIP?

D.P:

La fundación como tal no tiene una línea específica frente a lo que es el tema de la reintegración. Ha acompañado sí los procesos que se han implementado en el marco de la política nacional de reintegración, que es administrada por la Agencia Colombiana para la Reintegración. Obviamente la FIP apoya todos estos esfuerzos que se hagan desde lo institucional, pero también desde lo académico. El aporte interesante en este aspecto de la fundación tiene que ver un poco con la generación de insumos, insumos técnicos, teóricos y de análisis que permita a los tomadores de decisiones avanzar en el mejoramiento de esas intervenciones institucionales.

T.M:

Hay un tema que es la reincidencia en la actividad delictiva por parte de sujetos que están en proceso de reintegración. ¿Es esto señal de que hay falencias en los procesos de reintegración que deben ser mejorados o replanteados por El Gobierno?

D.P:

Sí han tenido muchos problemas; teóricamente o lo que ha pasado en alguno casos es que después de la firma de los acuerdos de paz viene la fase de estabilización, que es la primera fase del posconflicto. Dentro de esta fase, una de las primeras medidas que se adopta es el DDR (Desarme, Desmovilización y Reintegración), con el objetivo de desmantelar estas estructuras para disminuir la violencia y para reincorporarlos a la sociedad civil, pero la evidencia empírica a nivel internacional lo que ha demostrado es que no siempre la aplicación inmediata de estas medidas permite lograr esos objetivos. Y esto pasa porque los programas de DDR, que incluye la reintegración, son diseñados bajo una lógica de arriba hacia abajo, es decir, por líderes políticos, que no siempre conocen las condiciones de los entornos donde se van a aplicar y por eso terminan fallando.

T.M:

Daniel, finamente, ¿los colombianos estamos preparados para este proceso de reintegración?

D.P:

Cuanto tú vas a las regiones, que es donde se van a implementar los acuerdos y donde realmente se va a vivir este proceso de transición, y hablas con las víctimas y las no víctimas, tristemente te das cuenta  de que no estamos lo suficientemente preparados, de que va a ser un proceso complejo. Una cosa es la firma de un acuerdo y otra cosa muy distinta va a ser la implementación de todos esos compromisos a los que las partes lleguen. En esta sociedad pesa mucho ese imaginario del “amigo enemigo”.

Tania Katherinne Melo Cortes*

Estudiante de Comunicación Social para la Paz

Universidad Santo Tomás

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.

ARTE-FACTO. Revista de Estudiantes de Humanidades

ISSN 2619-421X (en línea) octubre 2017 No. 4

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