Alberto Cárdenas Patiño*
El 7 de marzo pasado, hacia las 4 de la tarde, fui invitado a la cátedra mayor Tomás de Aquino. Mi hijo Carlos me trajo en silla de ruedas a la sede central, más exactamente, al Auditorio Mayor Fray Domingo de las Casas para entregarnos el reconocimiento de SITA (Sociedad Internacional Tomás de Aquino) a dos tomistas dominicos y a este dominico laico de 84 años, tomista en estado salvaje, por haber intentado durante años un tímido cultivo silvestre (no evolutivo) de tal Tomismo… Y que se atrevió a rapar el micrófono cuando nadie lo esperaba.