Erika Rocio Morales Ordoñez* Fotografía de Urrego L. y Granados S.
El graffiti es una actividad que nace en las ciudades como necesidad de expresión cultural con la intención de que los artistas sean reconocidos y escuchados. Se caracteriza por realizar una inscripción espontánea un espacio público con permiso o de una forma ilegal. Por esta razón el graffiti se ha estigmatizado como una práctica vandálica, pero que en realidad es un acto de protesta. Este escrito pretende demostrar que el graffiti en Bogotá es una expresión artística que hace parte de la cultura urbana.
El graffiti como cultura urbana
Las intervenciones urbanas son el reflejo del imaginario radical de los sujetos, los cuales se plasman en escenarios urbanos como una forma de resistencia o protesta. (Camargo, 2008)
La historia del graffiti se encuadraría en los terrenos de lo efímero, lo nómada, lo movedizo, lo prohibido, lo no oficial y posiblemente en los anales de los vencidos, los hostigados, los reprendidos. (Castro, 2012, 29).
Desde nuestros inicios, el ser humano ha tenido una necesidad por expresarse y compartir sus ideas para que estas perduren por el tiempo. Es así como podemos ver ejemplos de pinturas prehistóricas rupestres donde a través de simples grafos, daban reconocimiento a personas, animales y diferentes acontecimientos de su época. Es decir "los huesos, las rocas y las tierras usadas en las pinturas o escrituras prehispánicas, son predecesoras de la técnica del spray, el rodillo, la brocha, los carteles, los stickers, los ácidos y otras formas de hacer graffiti hoy". (Castro, 2012, 27).
No hay un punto definido en el cual surgió el graffiti, pero si es evidente que a lo largo de la historia se han encontrado inscripciones con un mensaje político durante la segunda guerra mundial, en la década de los 50 se empiezan a ver las firmas o tags con un músico de jazz que firmaba en los bares, en la década de los 60 en New York con el escritor Taki 183, pero en los 70s fue la época de crecimiento donde los escritores empezaron a crear más estilos y ubicando sus piezas en lugares públicos como el metro de la ciudad de new york, ciudad reconocida por ser una meca del graffiti. Tiempo después nace el Street Art o arte urbano del graffiti en el cual se hacen murales en los cuales la intención es ser muy explícito y estético algunas vecen son pagados.
A prácticas como el graffiti se les considera como arte urbano ya que este "engloba a las diferentes expresiones artísticas que se representan en la calle como forma de protesta o como simple representación artística de un aspecto de la cultura popular o tradicional de una zona concreta o simplemente de los movimientos sociales más predominantes en cada territorio". (Domínguez, 2010).)
También dentro de este grupo está el teatro callejero, la música en la calle, etc. Con esta afirmación se puede demostrar que para algunas personas el graffiti es considerado como una expresión artística, pero por el contrario para otras personas como el artista urbano de la ciudad de Bogotá Guache.
El graffiti como apropiación directa de un espacio público está por fuera de la esfera del arte. Para el grafitero, la libertad de expresión está por encima de todo. Otra cosa es el arte urbano y el mensaje que juega a hacer mediante metáforas, y finalmente está el muralismo, que son proyectos mucho más grandes. (Guache en Revista Arcadia, 2015).
La práctica del graffiti como expresión artística no es aprobada de igual manera para la sociedad por el hecho de no tener un mensaje claro o reconocible como a diferencia del muralismo o Street art en el cual la intención es que se reconozca el mensaje claramente y de una manera estética, este estilo en los últimos años se ha vuelto bastante comercial, muchos artistas lo realizan de una manera legal y otros trabajan para el gobierno. Por esta razón cabe aclarar que en la ciudad de Bogotá el graffiti para algunas personas no es considerado como una expresión artística y por el contrario el muralismo o Street art si sea considerado como tal.
Graffiti como recuperación del espacio público.
Como afirman Tella y Robledo (2012), “el graffiti se constituye en el tránsito entre una disputa y el consenso social”. Se constituye en una disputa porque los muralistas que nacieron de los graffiteros son incluidos en proyectos legales por tener mensajes, aunque pueden ser políticos son estéticos. Por el contrario, los escritores de graffiti lo hacen de una manera ilegal para expresar inconformidad y demostrar que no necesitan permiso de nadie para poder pintar en donde quieran, pues esa es la esencia desde sus inicios, los escritores de graffiti iban a los barrios más ricos a pintar para expresar su inconformidad con desigualdad en la que vivían. Es así como un una urbe tan grande, donde las voces de los adolescentes son poco escuchadas, escritores reclaman lo que nos pertenece, espacio público
Con audacia, confieren mensajes que ironizan contra el capitalismo, contra las autoridades y contra las celebridades. Desde su osadía, ponen en ridículo aquellas dimensiones que colectivamente no sabemos cómo desdramatizar. (Tella y Robledo, 2012).
Intervenciones artísticas en la ciudad de Bogotá: Muralismo y graffiti
El graffiti es una representación de identidades que le ofrece a la ciudad fuertes contenidos políticos, culturales y sociales, y una gran capacidad expresiva mediante colores, íconos y símbolos. (Tella y Robledo, 2012).
El graffiti puede considerarse como arte en la media en que es una expresión humana que comunica un propósito, aunque este no sea explícito, también busca una identidad personal y/o colectiva. Es por esto que a pesar de llegar a consensos y delimitar zonas para el graffiti, el graffiti como expresión artística siempre seguirá buscando una vía en la cual pueda manifestar su protesta. Y de algún modo exigir lo que se propone. Finalmente quiero cerrar el tema con las palabras del escritor Armando Silva “¿Nos libera la escritura de los espacios oprimidos? Esa debe ser la función profunda de la literatura y del arte que pone al graffiti como su nuez: una descarga libertaria” (Silva en Gil, s.f.)
Referencias
Camargo, S. A. (2008). El graffiti, una manifestación urbana que se legitima. Bogotá: Fundación Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Castro. P. (Dirección e investigación) (2012). Graffiti Bogotá 2012. Diagnóstico Graffiti Bogotá 2012. Informe Final. Bogotá: Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte en http://www.culturarecreacionydeporte.gov.co/sites/default/files/idartes-diagnosticopubli2014.pdf
Domínguez, A. (14 de junio de 2010) Introducción Histórica y Contextual del Arte Urbano en http://arteurbanoformacomunicacion.blogspot.com.co/
Gil, A. (s.f.) Armando Silva. El graffiti como parte de los imaginarios urbanos en http://www.alonsogil.com/textos-articulos-3/armando-silva-el-graffiti-como-parte-de-los-imaginarios-urbanos/
Revista Arcadia. (05 de octubre de 2015). La guerra por el arte en el espacio público en http://www.revistaarcadia.com/arte/articulo/monumentos-grafiti-bogota/44484
Tella, G. y Robledo, L. (2012), Los grafitis y la inclusión social de los jóvenes. Buenos Aires (Argentina): Diario Perfil, Suplemento El Observador, julio 28, pp. 54-55 en http://www.guillermotella.com/articulos/los-graffitis-ganan-la-calle-ciudad-e-inclusion-social/
Urrego L. y Granados S. Pedagogía y cultura ciudadana en http://revistaartefacto.usta.edu.co/index.php/narraudiovisual/41-pedagogia-y-cultura-ciudadana
Erika Rocio Morales Ordoñez*
Estudiante de Diseño Gráfico
Universidad Santo Tomás
Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.
ARTE-FACTO. Revista de Estudiantes de Humanidades
ISSN 2619-421X (en línea) enero 2018 No. 5