Ximena Garzón Peña*
En virtud de la temática elegida sobre el narcotráfico y el importante papel que ha tenido en el poder político a lo largo de la historia, considero pertinente hablar sobre las relaciones creadas entre el narcotráfico y el gobierno colombiano, además de mostrar la preocupación que han tenido los ciudadanos del país acerca de la estrecha relación entre partidos políticos y las alianzas creadas para el aporte financiero de los traficantes en campañas y mandatos gubernamentales. El objetivo de esta crónica es mostrar los hechos como realmente sucedieron, atendiendo a referencias de los acontecimientos narrados y tomados del Informe Final Hallazgos y Recomendaciones de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (2022), además de la intervención subjetiva de la autora.
La catastrófica década de los setenta en Colombia puso al narcotráfico como protagonista del poder económico y político del país, evidenciándose en los lazos creados entre el narcotráfico y las élites tanto nacionales como internacionales. Estas construyeron infraestructuras para recibir la droga y distribuirla de un país a otro. Además, se crearon más carteles y clanes, sin mencionar que el nombre de las familias que tenían negocios ilícitos se hizo tan famoso como el de las élites ya existentes.
De este modo, se conformaron varias redes con traficantes colombianos y latinos, cuyo destino era Estados Unidos. El uso de transporte marítimo y puertos fue el principal canal para que la mercancía llegara al país americano. Aunque era más que ilegal, esto hizo que el comercio internacional de droga creciera cada vez más. No se podría decir que era un mal negocio, pues cada quien se abre paso como puede, pero sí era una jugada demasiado peligrosa.
"El general José Joaquín Matallana, en 1974, denunció en un memorando de la Dirección de Aduanas Nacionales (DIAN) que había un «cinturón de marihuana». La Comisión de la Verdad logró establecer que Estados Unidos fue el segundo lugar de registro de aeronaves en la Aerocivil entre 1975 y 1986" (Beristain, 2022, p. 400).
Por otro lado, la relación entre el narcotráfico y la política ha sido motivo de conflictos y discusiones entre partidos políticos desde hace tiempo. Desde mediados de los setenta ha habido debates sobre la inyección de capital de traficantes de drogas a campañas presidenciales, lo que ha generado desconfianza de los colombianos hacia el cargo más alto de la nación, el presidente. Es notorio que el dinero que entraba en campañas electorales provenía de una fuente ilícita. Esta fue una de las vías en las que el narcotráfico tuvo protagonismo y poder. Por lo tanto, es importante saber que la primera influencia que tuvo el narcotráfico fue en la política, ya que era uno de los mercados a los que podría entrar con mayor facilidad, gracias a la corrupción de los miembros.
Para todos los ciudadanos fue de gran preocupación la financiación ilegal de las campañas políticas y el control tan grande que el narcotráfico tenía en la política. Además, causó conmoción en el gobierno de Estados Unidos, puesto que estaban saliendo a la luz las relaciones entre narcotraficantes y candidatos presidenciales. En Colombia, uno de los casos más conocidos por los colombianos es el de Samper, quien recibía dinero del Cartel de Cali.
Como era de esperar, este hecho deterioró la conexión de Colombia con Estados Unidos, dado que era evidente que la corrupción y los lazos ilegales del gobierno ponían en peligro la democracia. Todos sabían que se podía desestabilizar la credibilidad de las instituciones gubernamentales. Además, Estados Unidos estaba pendiente de que los tratados con Colombia sobre temas como las políticas antidrogas y extradición no cayeran. Esto puso al país en desventaja, ya que Colombia estaba perdiendo el apoyo de un país potencia.
Por estas razones, la preocupación era visible en las campañas de varios candidatos, como Alfonso López Michelsen y Julio Cesar Turbay. Era casi imposible identificar el origen de la financiación de cada político, pero el hecho de que había un traficante detrás de cada candidato era más que obvio. Ninguna persona podría creer en la cero corrupción en sus propuestas sabiendo de las alianzas anteriores. Esto a su vez ha invisibilizado la transparencia democrática, es decir, la opinión de los ciudadanos no se mostraba relevante para el gobierno, ya que cualquiera podía comprar votos y recibir ayuda ilegalmente de un traficante sin ninguna consecuencia por parte del Estado.
Para nadie es un secreto que gran parte del Congreso años atrás fue elegido mediante estrategias paramilitares. Se suponía que aquellos que nadie conocía no iban a tener muchos votos, pero los colombianos se sorprendieron cuando quienes no tenían peso político resultaron con más votos que los congresistas tradicionales. Así que todos llegaron a la conclusión de que el aporte de capital fue gracias al narcotráfico y al paramilitarismo, de lo contrario, ninguno de ellos hubiera llegado al poder. Hasta el día de hoy, los colombianos se siguen preguntando cómo pueden seguir viviendo en un país gobernado por corruptos que incluyen en sus propuestas combatir la corrupción. La coherencia es inexistente cuando se trata de política.
Muchas de estas alianzas son creadas en diferentes zonas del país, lo que muestra que cualquier ciudadano ajeno a estas prácticas ilícitas puede estar sentado al lado de un paramilitar o tomando café con su vecino traficante sin siquiera saberlo. Las personas que han descubierto el paradero de traficantes han denunciado ante las entidades encargadas de esto, pero el gobierno colombiano no ha querido tomar medidas ni estrategias para controlar la corrupción. Pero, ¿cómo podría controlarlo si el mismo gobierno está lleno de gente corrupta que elige a más gente corrupta y se vuelve un círculo interminable?
Es fundamental saber que el narcotráfico se centra en el Congreso, ya que allí es donde sucede toda la toma de decisiones sobre leyes y alteraciones a políticas de extradición y antidrogas, que es lo que les importa a estos actores. También porque facilita el lavado de dinero y la expropiación de tierras a campesinos. Para los traficantes, es habitual crear alianzas mediante el nombramiento de cargos públicos previamente planeados. Por ejemplo, un caso que conmovió a todo el país fue la muerte ordenada de Jaime Garzón. Con este hecho, todos se dieron cuenta de que si alguien habla, lo callan como sea. La gente teme alzar la voz porque no sabe qué les pueda pasar. Así que es mejor callar que morir.
Para finalizar, es muy evidente que muchas personas con altos cargos están asociadas con el narcotráfico y han sido procesadas por corrupción, ya que en sus campañas ofrecen eventos para los ciudadanos. Esto mantiene a todos engañados mientras esconden el verdadero motivo detrás de esto: convertir el país en un lavadero de dinero y un paraíso del tráfico (Beristain, 2022).
Ha habido varios testimonios de policías que afirman estar involucrados con el narcotráfico o que algunos de sus compañeros lo estuvieron, lo que lleva a pensar cómo un colombiano puede sentirse seguro si varias personas de la policía están involucradas en asuntos ilícitos. Tal vez a los miembros de instituciones y fuerzas armadas les iba mejor si se unían a ellos, especialmente si tenían grandes necesidades, o simplemente el poder conseguir dinero fácil era mejor que ganar un salario mínimo.
“Cuando estaba en la Dijin nos mandaban en comisión de tres meses al aeropuerto. Pero entre los policías de la Dijin, todo el mundo quería ir al aeropuerto porque por allí estaba la salida del narcotráfico. Entonces, el policía fácilmente podía llegar y manipular y obtener información de los narcotraficantes, y le pagaban. Se le puede aparecer la Virgen, o sea, se le apareció el dinero” (Teniente Coronel, 2022, citado por Beristain, 2022, p. 411).
Esta situación tiene dos caras de la moneda. Por un lado, se puede decir que el hecho de que alguien se una a esta práctica ilegal hace que cada vez sea más difícil controlar o disminuir la corrupción y el narcotráfico en Colombia. Y lo más importante, los cargos del gobierno están en manos de cualquiera que pague por ellos. Pero, por otro lado, ¿es justo juzgar a alguien que no tiene recursos y que está aprovechando la oportunidad, sea de buena fuente o no, para conseguir dinero y satisfacer sus necesidades? Porque es muy tentador que alguien le ofrezca la vida comprada, y es mejor eso que no saber si tendrá qué comer al día siguiente. Es claro que el rico se hace más rico, pero ¿qué les queda al resto?
El gobierno colombiano siempre ha estado ligado a la presencia del narcotráfico en su interior, desde la más mínima forma de inyección de capital ilícito hasta la creación de alianzas para financiar las campañas políticas. Además, quien quiera mostrar públicamente su desacuerdo con estas prácticas ilegales y quien intente hacer un cambio en el país al dar una opinión o crítica sobre el tema, terminará siendo una víctima más.
Es bastante notable que a lo largo de la historia se han encontrado más víctimas que culpables, y dentro del congreso están aquellos que protegen la corrupción mediante leyes y políticas. Por lo tanto, no es poco probable que el gobierno logre controlar este acto que lleva años siendo el protagonista del terror de muchos colombianos. Lo cierto es que la lucha contra el narcotráfico continúa. Sin embargo, siempre habrá dos bandos: aquellos que de una u otra forma terminan uniéndose al narcotráfico y aquellos que trabajan honestamente diariamente por combatirlo.
Bibliografía
Beristain, C. M. (2022). Informe Final Hallazgos y Recomendaciones de la Comisión para el Esclarecimiento de Verdad, la Convivencia y la No Repetición. (2022). https://www.comisiondelaverdad.co/sites/default/files/descargables/2022-06/Informe%20Final%20capi%CC%81tulo%20Hallazgos%20y%20recomendaciones.pdf
Entrevista teniente coronel. (2022). Informe Final Hallazgos y Recomendaciones de la Comisión para el Esclarecimiento de Verdad, la Convivencia y la No Repetición. https://www.comisiondelaverdad.co/sites/default/files/descargables/2022-06/Informe%20Final%20capi%CC%81tulo%20Hallazgos%20y%20recomendaciones.pdf
Ximena Garzón Peña*
Estudiante de Mercadeo
Universidad Santo Tomás