Carlos Daniel Mayorca Torres*
Bogotá es una ciudad que cuenta con un sistema de autobuses con un único carril para que este sea un medio de transporte de tránsito rápido, dicho método es el famoso TransMilenio. La finalidad de implementar esta modalidad de circulación se da gracias al incremento desenfrenado de los habitantes en la capital, pues en la década de los años 60, Bogotá tenía un poco más de 1.600.000 de pasajeros, pero la ciudad creció y llegó a más de cinco millones de habitantes, así mismo, hubo más demanda en el transporte público, también, incrementó la cantidad de vehículos en tránsito (TransMilenio, 2013), por lo cual el distrito presentó como solución ante la caótica situación de movilidad que atravesaba Bogotá, el sistema de autobuses que se le confirió el nombre de TransMilenio. De esta manera, este texto se enfocará en analizar el fenómeno de los colados en TransMilenio que son un problema ético con perjuicios sociales para la ciudadanía bogotana.
Para sostener la idea anterior, se evaluarán diferentes ámbitos que dejan entrever que, con el paso del tiempo, los evasores de la compra del pasaje, han causado y han sido protagonistas de una situación que no agrada en la cotidianidad capitalina. Inicialmente, se contextualizará sobre el desarrollo que ha tenido este medio de transporte desde sus inicios, hasta la fecha, así mismo, se cuestionará acerca del porqué existe la problemática de los usuarios que se cuelan, pues evaden el pago del pasaje, causando así un descontento social por parte de los ciudadanos, por último, reconocer y criticar que la falta de cultura ciudadana ha sido la principal protagonista para que la convivencia en la capital haya dejado de existir.
El nacimiento del sistema de autobuses TransMilenio se da entre el año 1999 y 2000, mientras fungía como alcalde Enrique Peñalosa, durante la década de los años 90, administraciones anteriores fueron insistentes en el tema de la solución a la problemática de movilidad que se presentaba en Bogotá, por tanto, la administración Por la Bogotá que soñamos determinó que “el metro no era la opción más conveniente a corto plazo, pues sólo a quince o veinte años se necesitaría una línea y que su costo era diez veces mayor a la alternativa de buses articulados” (TransMilenio, 2013), de modo que, el burgomaestre presentó como solución la construcción del sistema de autobuses TransMilenio a cargo de la Empresa de Transporte del Tercer Milenio, quién también es su gestora. En la primera fase del TransMilenio se entregaron las troncales “Autonorte, Calle 80 y Caracas” (TransMilenio, 2013), en la administración de Antanas Mockus, se entregaron tres nuevos corredores viales en avenidas como Las Américas, NQS y Suba (TransMilenio, 2013); el sistema ha ido creciendo a medida que pasan los años con la finalidad de conectar a Bogotá movilizando sus ciudadanos y ha tenido dos fases más de construcción.
El sistema ha ido creciendo infraestructuralmente y algunos ciudadanos no han estado de acuerdo con el hecho de que el sistema le pertenezca a una empresa y no al distrito, por tal razón, cierta cuantía de usuarios de TransMilenio iniciaron a evadir el pago del pasaje y colarse en las estaciones de los autobuses justificando que es una voz de protesta y de rechazo frente a la entidad encargada del sistema, empero, hay que considerar que existen opiniones divididas en una sociedad tan fracturada como lo es la capitalina; algunos ciudadanos defienden el sistema aclarando que es un buen servicio, pero que ha sido maltratado y sus usuarios son maleducados, mientras que otros lo atacan manifestando que el servicio es pésimo por la contaminación que este produce, por el costo del pasaje, el incremento que pueda tener, buses obsoletos, entre otras razones. Sin embargo, aunque se hagan escuchar algunos pensamientos sobre este sistema, el fenómeno de los colados no para, se multiplica, también, cada vez más; la falta de cultura ciudadana no es la única preocupación, sino también que los evasores del pago del pasaje muchas veces toman el bus para durante el trayecto incomodar y en el peor de los casos intimidar a los usuarios.
Según estudios publicados por el diario Infobae en el 2022, la empresa TransMilenio precisa que, para esta misma anualidad, moviliza cerca de 2.900.000 pasajeros al día y es en las horas pico donde podemos observar un gran volumen de personas movilizándose a través de este autobús. La problemática de los colados en este sistema se ha vuelto tan frecuente, que universidades y demás empresas dedicadas al análisis se han enfocado en realizar estudios sobre la cantidad de personas que se cuelan en cuanto se trata de estaciones, días y franja horaria; según reportaje de CityTV publicado por el diario El Tiempo (2022) informa que gracias a estudios realizados por la empresa de transporte público, bajo la metodología y los parámetros tenidos en cuenta por la Universidad Nacional, “tres de cada diez (3/10) personas que usan TransMilenio, sus estaciones y sus buses, son colados”.
Si bien es cierto la persona que se cuela en el TransMilenio no siempre lo hace a causa de que no tiene cómo pagar su tiquete, porque independientemente de la calidad que ofrezca el servicio de tránsito rápido, no es costosa la compra del pasaje para los que devengan un salario mínimo junto con el auxilio de transporte, a excepción de aquellas personas como lo son los vendedores ambulantes, que sus ingresos dependen de lo que vendan en el día, pues este recaudo les permite satisfacer sus necesidades básicas, lo que significa que cualquier peso que se puedan ahorrar o evitar gastar, se traduce en ganancia o en más poder adquisitivo a la hora de saciar sus obligaciones de primera mano, también se puede incluir en la población de los evasores a los desempleados, habitantes de calle, delincuentes y a los individuos con falta de ética, cultura ciudadana, pedagogía con un eje temático como lo es el bien colectivo y una educación de calidad basada en el respeto, a quienes el autor considera los principales protagonistas en este grupo.
La mentalidad de los ciudadanos que se cuelan o se han colado, radica en que siempre optan por lo más fácil y que cualquier centavo que se puedan ahorrar será mucho mejor para el usuario sin pensar en la mejora del sistema, mantenimiento de las estaciones, autobuses y esencialmente, en el salario de los conductores que movilizan día a día a millones de capitalinos, haciendo apología a un pensamiento y a una actitud egoísta, reflejándose la poca ética, porque hay ciudadanos que tienen la facilidad de comprar su pasaje, pero impera en ellos la pereza, el hecho de pensar siempre en beneficio propio y de siempre querer hacer lo que el prójimo hace, porque si él se cuela, ¿por qué yo no lo puedo hacer? Algunos de los pretextos que utilizan ciertos usuarios para justificar el hecho de evadir el pago del tiquete son “mal servicio, demoras en las rutas, costo alto del pasaje e incluso algunos señalan que ya es costumbre no pagar” (Semana, 2022). Cuando los usuarios le reclaman al evasor por qué se cuela, se puede producir un conflicto entre estas dos personas y es aquí donde se hace presente el descontento social, al punto de llegar a los golpes, como sucedió el 7 de septiembre del año anterior en la estación llamada Zona Industrial. (Jaimes, 2022).
Francamente, la convivencia en Bogotá es increíblemente pesada, saludar al momento de subir al autobús, dar las gracias al bajarse, decir buenos días a los ciudadanos que están alrededor de nosotros en el TransMilenio o en el SITP es completamente igual que hablar con la pared, es notorio que, en la ciudadanía impera el miedo, la inseguridad y el silencio sepulcral causado por la inseguridad, la falta de sentido de pertenencia y, sobre todo, la falta de cultura ciudadana. Cuando ésta última es precaria, significa que la población ha llegado a un punto en el que la ética no está fundamentada en un bien común, por lo tanto, cuando se trata de principios y de valores, solo se va a buscar el bien para sí mismo, con una carestía de cultura ciudadana como la presenta Bogotá, donde no hay convivencia, tampoco hay disposición para construir un país mejor, para cuidar lo que tenemos y para respetar y valorar la vida de toda la ciudadanía en conjunto.
Sin lugar a dudas, contrarrestar esta situación es y será una tarea ardua y complicada, en un principio, se debe recuperar esa cultura ciudadana que garantice una sana convivencia, una ética rica en valores y principios que se distinga por el bien común, el respeto y valorar la vida, en segundo lugar, es ideal empezar a ser más estrictos con aquellas personas que se cuelan para iniciar a crear un sentido de pertenencia y sentir que el TransMilenio que ha sido tan criticado y atacado, es insignia para cualquier persona que lo vaya a tomar, donde se vea ejemplo de convivencia, de unión, de respeto y de valor. Bogotá debe proponer y ejecutar otros medios de transporte para ser una ciudad modelo, pero por el momento, todos los usuarios del sistema deben cuidar este transporte masivo que es la movilidad de centenares de individuos para que, en realidad, el TransMilenio se muestre ante el país y ante el mundo como un medio de transporte de tránsito rápido en el que sus ciudadanos lo cuidan.
Referencias
Infobae. (18 de mayo de 2022). TransMilenio ha perdido un millón de pasajeros y los colados siguen incrementando el déficit de la empresa. https://www.infobae.com/america/colombia/2022/05/18/transmilenio-ha-perdido-un-millon-de-pasajeros-y-los-colados-siguen-incrementando-el-deficit-de-la-empresa/
TransMilenio. (21 de agosto de 2013). Historia del TransMilenio. https://www.transmilenio.gov.co/publicaciones/146028/historia-de-transmilenio/#:~:text=El%20Sistema%20Integrado%20de%20Transporte,tiempos%20de%20viajes%20y%20se
Jaimes, C. (8 de septiembre de 2022). [Video] Sujeto se coló en Transmilenio, le reclamaron, se puso de altanero y lo cascaron. RCN RADIO. https://www.rcnradio.com/bogota/video-sujeto-se-colo-en-transmilenio-le-reclamaron-se-puso-de-altanero-y-lo-cascaron
Semana. (4 de junio de 2022). Los pretextos más frecuentes de los bogotanos para ‘colarse’ en TransMilenio. https://www.semana.com/nacion/bogota/articulo/los-pretextos-mas-frecuentes-de-los-bogotanos-para-colarse-en-transmilenio/202215/
El Tiempo. (1 de septiembre de 2022). ¿A Bogotá le quedó grande frenar los colados en TransMilenio? https://www.eltiempo.com/bogota/colados-en-transmilenio-un-problema-que-le-quedo-grande-a-bogota-698974
Carlos Daniel Mayorca Torres*
Estudiante de Derecho
Universidad Santo Tomás