Fr. Cesar Alejo Parra Arenas, O.P*
Fr. Stiven Giraldo Zuluaga, O.P*
Solo educadores autoritarios niegan
la solidaridad entre el acto de educar
y el acto de ser educados por los educandos
Paulo Freire
La educación bancaria: autoridad totalitaria
Para el pedagogo brasileño Paulo Freire, la educación bancaria debe considerarse como el proceso de enseñanza y aprendizaje en el que el docente deposita de forma sistemática y repetitiva contenidos memorísticos en la mente del estudiante, lo cual no hace otra cosa que oprimir y reprimir a los estudiantes los cuales son vistos como sujetos pasivos, ya que son como recipientes en los que se les deposita el saber, impidiendo de esta manera, la nueva creación de conocimientos o de experiencias por parte de los mismos discentes.
Según Freire (1970) “el educador identifica la autoridad del saber con la autoridad funcional, la que opone antagónicamente a la libertad de los educandos. Son estos quienes deben adaptarse a las determinaciones de aquél” (p. 53). En este sentido, la autoridad dentro del aula de clase solo reposa en una persona, y este es el maestro: es una autoridad totalitaria, en donde los estudiantes no tienen derecho a proponer, debatir, argumentar o a manifestar un desacuerdo con lo que está proponiendo el docente, pues este es el que tiene la voz de autoridad, y sobre su palabra no hay ninguna otra que valga o sea considerada. Esta idea de autoridad aún es común en las escuelas y colegios de América Latina. En el colegio Jordán de Sajonia, institución de nuestras prácticas, la idea de autoridad avanza hacia la emancipación de los estudiantes, ya que les permite expresarse como son, discutir, dialogar y debatir sobre una u otra decisión. Una autoridad que está en pro de los estudiantes y no en pro del narcicismo del educador.
El verdadero sentido de la autoridad en la educación liberadora
La figura de autoridad, diferente a la de autoritarismo, existe dentro de la educación emancipadora o liberadora de Freire, cuando esta ayuda a la transformación social del contexto donde se ubica el estudiante, y no cuando lo único que hace es seguir oprimiendo las libertades individuales y sociales dentro del aula de clase. El educador y el educando según el brasileño “… se transforman en sujetos del proceso en que crecen juntos y en el cual los argumentos de autoridad ya no rigen. Proceso en el que ser funcionalmente autoridad, requiere el estar siendo con las libertades y no contra ellas” (Freire, 1970, p.61).
Para este pedagogo, la figura de autoridad funciona siempre y cuando se respete la libertad de los estudiantes dentro del aula de clase, y no se imponga una imagen del docente que desfigure y desvalore la riqueza de la diferencia en las instituciones educativas las cuales deben trabajar bajo la teoría dialógica, en donde las figuras del proceso de enseñanza y aprendizaje no se imponen una sobre la otra, sino que trabajan mancomunadamente en pro de la educación liberadora. Como lo señala Freire:
La fuente generadora, constitutiva de la auténtica autoridad, radica en la libertad que, en un determinado momento, se transforma en autoridad. Toda libertad contiene en sí la posibilidad de llegar a ser, en circunstancias especiales (y en niveles existenciales distintos), autoridad (Freire, 1970, p.164)
Es interesante pensar que la construcción de la autoridad pedagógica en nuestro tiempo junto con los procesos de emancipación, de ningún modo son cuestiones necesariamente opuestas, sino que, por el contrario, hoy el ejercicio de la autoridad pedagógica tiene que poder ser pensado en el sentido de ¿cómo habilito a este estudiante a nuevos procesos y a nuevas formas singulares en las que él o ella se puede expresar? Para eso hace falta alguien que cuide, que mire, que arme espacios magnos de relación con otros, que interrumpa prácticas de violencia, discriminación, falta de reconocimiento del otro, etc. En este sentido, creemos que la autoridad pedagógica es todo lo contrario a la coerción, a la imposición, a la jerarquía, que solo demanda obediencia a cambio. La autoridad pedagógica es propuesta, es apertura, es generación de posibilidades que tal vez para muchos jóvenes es inconcebible porque no se les dan los espacios necesarios para ello; así que nosotros invitaríamos a pensar la autoridad pedagógica de la mano de la educación emancipadora.
La autoridad familiar: base de la autoridad educativa
Muchos de los problemas frente a la autoridad que se presentan en el aula de clase son un espejo de las figuras que se empiezan a formar desde el núcleo de la sociedad, que son las familias. Cuando un discente tiene dificultades para seguir una instrucción de su docente, es un claro reflejo, en la mayoría de los casos, de problemas de autoridad que poseen en sus casas con sus padres y/o acudientes.
Según Freire (1970) “entre más se desarrollen estas relaciones de carácter autoritario entre padres e hijos, tanto más introyectan, los hijos, la autoridad paterna” (p.140); y cuando los discentes hacen una introspección sobre dicha figura, el trabajo en el aula de clase puede ser más fructífera frente a la libertad individual a la que le debe apuntar la educación emancipadora propuesta por el brasileño. Por lo que será fundamental tener claras las relaciones de autoridad entre padre e hijo, para de la misma manera, establecerlas entre educador y educando.
Conclusión
En conclusión, la figura de la autoridad en la educación liberadora impulsada por Paulo Freire se aleja del autoritarismo y se acerca a una figura que ayuda a los estudiantes a transformar su contexto social y les brinda la libertad de expresarse y participar activamente en el proceso de enseñanza y aprendizaje. La autoridad debe estar en pro de los estudiantes y de su emancipación, y no en pro del narcisismo del educador. Además, es importante tener en cuenta que la figura de la autoridad en el aula de clase es un reflejo de la autoridad que se da en el núcleo familiar. Por lo tanto, para una educación verdaderamente liberadora y emancipadora, es necesario trabajar en el fortalecimiento de la autoridad y de la libertad en ambos contextos.
En otras palabras, la autoridad liberadora, según la perspectiva de Paulo Freire, es aquella que se fundamenta en la relación dialógica y emancipadora entre educador y educando. Freire enfatiza que el ejercicio de la autoridad no debe ser opresivo ni autoritario, sino que debe buscar la liberación y el empoderamiento de las personas. Esta autoridad se construye a través del diálogo, la participación activa y el respeto mutuo. El educador liberador no impone su conocimiento de manera vertical, sino que actúa como un facilitador del aprendizaje, estimulando la reflexión crítica y la concientización. Por lo que la autoridad liberadora promueve la autonomía, la creatividad y la transformación social, generando un ambiente propicio para la construcción colectiva del conocimiento y la emancipación de las personas.
Referencias
Freire, P (1970) Pedagogía del oprimido. Editores siglo veintiuno. Ciudad de México. Traducido por Jorge Medallo.
Manifiesto ¡Colombia necesita de filosofía! Manifiesto presentado el jueves 18 de noviembre de 2021, en el Día Mundial de la Filosofía, por los integrantes de la Sociedad Colombiana de Filosofía.
Fr. Cesar Alejo Parra Arenas, O.P*
Fr. Stiven Giraldo Zuluaga, O.P*
Estudiantes de Licenciatura en Filosofía y Letras
Universidad Santo Tomás