La paz y la reconciliación empiezan por casa

Daniel Felipe Saavedra Morales*

En estos días se ha hablado mucho del proceso de paz, el cual conlleva a la terminación de una guerra de más de 50 años. Pero la guerra no es solo lo que se vive contra los grupos armados subversivos si no los robos que sufren las personas, los asesinatos diarios, la no comprensión del otro y muchos otros aspectos que se suceden cotidianamente. Al pensar en esto no está mal decir que hasta que no haya una cultura de paz entre los ciudadanos con los que convivimos diariamente no podremos tener una reconciliación fructífera que lleve a una verdadera aceptación del otro. 

Diversos artículos de prensa exponen que la paz(2) y la reconciliación empieza por casa; otro de aciprensa(1) que defiende que la paz en los hogares es primordial; un escrito de Carolina Hernández(3) - Antropóloga de la Universidad del Cauca - que habla de que la paz es un estado que comienza desde nuestra consciencia. Finalmente se dará una postura personal acerca de la “paz” que vivimos y viviremos en estos años y teniendo como eje del escrito la paz dentro de las casas y las familias.Hay que dejar claro que la paz es algo que se crea, es una habilidad que se trasmite y que depende de sobremanera de la personalidad y las costumbres con que se educan a cada persona desde pequeños y que en un futuro llegarán a ser ciudadanos. Cuando se habla de una paz no se puede dejar de lado que lo más importante es comenzar dicha paz desde casa. ¿Cómo podemos exigir una paz hacia los demás, en la calle, en el trabajo, si en el hogar la mujer sufre de maltrato, de violaciones y de agresiones verbales? Es ilógico pedirle a alguien que se preocupe por otra persona cuando sufre de depresión, cuando fue desplazado de sus tierras de pequeño, cuando vive con lo justo, o peor aún, cuando no tiene una vida digna. Por eso el diario Aciprensa (Aciprensa, 2017) enfatiza en que la paz es una obligación primaria para los padres ya que en los hogares se aprende a vivir y a construir una paz verdadera tomando su educación como base fundamental de la paz. Surge además otra pregunta: ¿Cómo es posible que en un núcleo familiar se pueda perder la paz?, y la respuesta no es tan compleja ya que esto no se trata de solo respetar, se trata de tener un verdadero sentido de justicia, cuando se reconoce una persona como un ser humano y se le da el trato que merece, si esto se comienza a poner en práctica inicia una verdadera vivencia de la paz.

Por otro lado, según el texto del tiempo “la paz y reconciliación empiezan por casa” (Guerrero, 1999)  es indispensable un buen ejemplo de los padres a los hijos en todos los aspectos tanto en pareja, como el trato con ellos mismos. Piensa que es importante la negociación en la familia, hacer pactos entre ellos y sobre todo el respeto en todo sentido, evitando, así como pasa en la mayoría de núcleos familiares un autoritarismo en el cual el hijo está sometido a la voluntad de su padre sin derecho a refutar ni poder objetar. Por estas razones proponen 10 puntos los cuales pueden ayudar en la construcción de un ambiente sano, familiar y, (Salazar, 2016)que, además, aportarán al crecimiento y educación de los niños. Esos puntos son: 1. Identificar el problema, 2. Reglas de juego, 3. Diálogo, 4. Trato respetuoso, 5. Conciliación, 6. Acuerdos, 7. Cese al fuego, 8. Manejo de recursos, 9. No desistir, y, 10. Juego limpio. La idea de estos puntos es poder tener una paz justa y que tanto los padres como los hijos tengan derecho a tener un punto de vista, una opinión e incluso llegar a tener la razón por encima de sus padres.

Para analizar más detenidamente por qué es necesaria una paz desde la casa se propone como referente a la antropóloga Carolina Hernández egresada de la universidad del Cauca (Salazar, 2016), la cual nos habla de que la paz es un estado que comienza desde nuestra conciencia, esto conlleva a algo más profundo que influye de manera definitiva en la construcción de paz desde el ámbito individual hasta su desarrollo conjunto. Siempre habrá una pregunta clave que cualquier persona se termina haciendo: ¿Qué estará pasando por la cabeza de una persona que asesina, que viola, que ultraja, que maltrata y que agrede a otros?, Y ahí es donde se complejiza el tema ya que cada persona es un mundo totalmente diferente, dado que lo que ella piensa no es lo mismo que piensan los demás; lo que ha vivido, tampoco lo ha vivido alguien más; y más aún, lo que ésta ha sentido, mucho menos lo ha experimentado otro ser.

Las experiencias crean en la personas posibilidades de usarlas a favor o en contra es así como se genera una costumbre sea buena o mala, de tomar el ejemplo del papá o mamá (si era alcohólico, drogadicto, violador) como excusa para reflejar sus malos actos antes la sociedad, aunque también vemos padres que son una inspiración para sus hijos, la idea es tomar estos ejemplos malos como una oportunidad para ver que no hay que incurrir en lo mismo, para buscar un mejor futuro, pero sobre todo para darse cuenta que la sociedad necesita personas de paz que no intente pasar por encima de cualquiera y solo buscar su beneficio. Si se logra que cada persona se mentalice a buscar sus méritos por sí mismo y dejar las excusas a un lado se empiezas a dejar las envidias, las peleas, la mala competencia, esas cosas que no contribuyen a unas buenas relaciones y que disipa la paz.

En conclusión, es indispensable crear una cultura de aceptación, crear una enseñanza desde casa, propiciar un conjunto de cualidades que ayuden a promover personas que puedan aportar justicia, integridad y verdad. Debe buscarse una sociedad donde se disminuya procesualmente el individualismo hasta llegar a un punto tal que éste sea erradicado totalmente. Vale la pena preguntarse ¿Qué sucedería si todos los políticos fueran justos y honrados? ¿Qué pasaría si de una vez por todas se acabaran las injusticias que hay en esta sociedad; si además, todas las personas recibieran lo que merecen, y fuera de ello, ya no existiese tanta delincuencia? Y ¿Cómo sería el mundo si desde casa se criaran a los niños como personas de bien?

Lo anteriormente mencionado puede así resumirse en que, si todos fueran educados de la mejor forma, esta sociedad no estaría como está y habría paz por todas partes debido a que todos verían al otro como a alguien cercano, con quien incluso se hallaría esa paz que en comunidad se puede obtener. Claro está, los seres humanos son cambiantes que piensan de manera diferente, además, de cada situación hay un sin número de puntos de vista, no obstante, creando una cultura de tolerancia, de respeto, y de interés por el otro se podrían lograr las mejores relaciones humanas.

Referencias
Aciprensa, d. (5 de mayo de 2017). Aciprensa. Obtenido de https://www.aciprensa.com/results.htm?q=la+paz+empieza+en+el+hogar
Guerrero, M. O. (25 de septiembre de 1999). EL TIEMPO. Obtenido de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-909233
Salazar, C. H. (29 de enero de 2016). Red Territorios Por La Paz. Obtenido de http://www.territoriosporlapaz.gov.co/somos-constructores-de-paz/la-mision-de-todos/la-paz-un-estado-que-comienza-desde-nuestra-conciencia

Daniel Felipe Saavedra Morales

Estudiante de Ingeniería Civil

Universidad Santo Tomás

 Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.

ARTE-FACTO. Revista de Estudiantes de Humanidades
ISSN 2619-421X (en línea) julio-septiembre 2017 No. 3

Buscador