Las expresiones religiosas dentro de la literatura

Cristian Alexander Rodríguez Muñoz*

La literatura es la expresión oral o escrita que surge de pensamientos, ideas y sentimientos; busca proyectar la belleza y el valor de la vida utilizando como instrumento la palabra. En su afán de exponer la realidad y transformarla a una dimensión fantasiosa ha involucrado diferentes expresiones religiosas como dichos, refranes, frases…

Las expresiones religiosas nacen desde escritos como la Biblia, hasta la adaptación cultural de la gente como un fenómeno de psicosis donde se enfrentan a diferentes situaciones, siempre exclamando la divinidad de Dios y proponen dichos como “mi dios se lo pague " o “el que madruga Dios le ayuda” y la literatura no ha sido la excepción al incorporar estas expresiones en el arte de escribir; viéndolas con un sentido de expresión amplio y razonable. La gran influencia de la religión en la cultura y la historia brinda la posibilidad de recrear y tener vigentes las expresiones religiosas en el dialecto de los pueblos y también en la narración de cuentos, poemas y novelas.

El propósito del texto es ofrecer una interpretación del por qué la literatura ha incluido expresiones religiosas en su oficio; para esto la ruta de desarrollo estará dividida en tres momentos; primero, la Biblia como texto fundamental y su repercusión en el contexto social; segundo, el control de la iglesia, lo cotidiano y popular como han estimulado las expresiones religiosas; tercero, la novela Pedro Páramo del escritor mexicano Juan Rulfo como un ejemplo referente al tema.

La Biblia es uno de los mejores libros escritos durante la historia, no es considerada como una obra de literatura debido a su significado divino y por considerarse la palabra de Dios, pero ha conseguido ganar importancia en el mundo de las letras, por ser una composición extraordinaria y polifacética, originado en la cultura que revive experiencias para llegar a reflexiones profundas, contando con una escritura precisa y armoniosa. (Biblia, 1998) La pregunta por el más allá y tantos otros sentimientos de la experiencia humana han encontrado resonancia en personajes como Adán y Eva, Abrahán, Moisés, Job, Judit, Jesús y en cualquiera de los múltiples relatos contenidos en esa inmensa biblioteca, ya sea en forma de epopeya, épica, poesía, drama, testimonio o narración novelada. La popularidad de la Biblia ha llegado a tal punto de difundir una filosofía de vida conocida por muchos y de promover una religiosidad en la sociedad. Si un escritor redacta una novela, muchas veces va a tomar como punto de partida la realidad: familia, entorno, sociedad, etc.; en general,  su entorno no podría dejar de lado a la religión si sus personajes en parte reales necesitan procesar su fe con algún dicho o exclamación. Escritores como por ejemplo Gabriel García Márquez presentaron ese realismo mágico desplegado en Macondo y los Buendía, como abstracción de la realidad de Aracataca y de su propia familia. La relación entre literatura y realidad es esencial, como lo expresa (Vela, 2014) ¨La literatura y la realidad parecen constituirse en líneas paralelas, porque si bien es cierto que nada puede interrumpir el ritmo inquebrantable de la vida, que arrasa con todo lo que encuentra a su paso; la literatura, que nace de ella y con ella, es espejo y reflejo de su universo infinito". Es decir, la fantasía literaria tiene de base la realidad; y en la realidad se encuentra un entorno idealizado en la creencia y popularidad de la doctrina religiosa, manifestándose en el lenguaje y expresiones de las personas.

Debido a lo anterior, se reconoce la religión como esa necesidad que se encuentra inmersa en todos los contextos, de todos los tiempos, puesto que es impensable que exista un pueblo sin culto y sin fe. El catolicismo por su parte, es una de esas religiones que ha marcado en buena medida, la historia, por lo que es necesario resaltar que la Iglesia católica durante la historia impuso su control en casi todos los sistemas sociales, entre ellos, la cultura, la política, la económica, y el pensamiento del hombre en general. Fue incluso, durante la edad media - donde la literatura era considerada profana debido a tratar temas alejados de Dios, y la gran mayoría de la literatura que circulaba, al igual que la cultura era impartida por representantes de la misma Iglesia – que todo tipo de pensamiento lejano a la doctrina que se impulsaba desde Roma se producía en el anonimato y era representado por juglares y trovadores que procesaban poesías aprendidas de memoria a un pueblo en su mayoría analfabeta. Con el pasar del tiempo y el paso de la oralidad a la escritura, se convirtió la literatura en una manifestación global de arte lo cual ayudó un poco a tomar control en sus creaciones, siendo más asequible y reconocida, aunque siguió siendo difícil puesto que todo tenía que darse a la sombra de la tutela de la Iglesia.

Pese a lo que se vivió en dicha época, fue el mismo ambiente sacro que se propagó por toda Europa, el que permitió esa comunión entre literatura y religión, arte y fe. En todo lo que hacían las comunidades de cada lugar había una marca religiosa lo cual siguió presente en los siglos siguientes e incluso se mantienen en la actualidad.

Debido a que la dimensión religiosa se ha presentado como algo inherente a la persona humana, cada vez más, hombres y mujeres impulsan sus expresiones religiosas, en cierta medida, desde la cultura popular que caracteriza su lenguaje y lo adapta a la religiosidad, teniendo la osadía de usar muchos versículos, volviéndose refranes como ´´Ojo por ojo, diente por diente" (Ex 21:24) o ¨En un abrir y cerrar de ojos¨(1Co 15:52) Estos versículos tomados de la Biblia han formado una serie de refranes, impregnados de sabiduría divina para entender o aplicar a ciertas situaciones reales de la vida cotidiana. También, en más de una ocasión por algún incidente o acción en particular se han empleado exclamaciones como ¡Por Dios! o ¡Dios mío!. Se ha convertido toda una costumbre tomar a Dios y las creencias como significantes lo que puede llevar a pensar que tales expresiones empleadas a diario por la mayoría de personas se utiliza más como mecanismo de seguridad o protección por lo general en situaciones comprometedoras.

Avanzando en el razonamiento de las expresiones religiosas, se encuentra la novela Pedro Páramo del escritor mexicano Juan Rulfo, la cual usa el realismo mágico y el tradicionalismo mexicano para recrear un pueblo llamado Cómala; es un pueblo de muertos donde es contada la historia de Pedro Paramo un terrateniente que controlaba todo el pueblo; dueño de sus tierras, calles e inclusive de sus gentes. Más tarde el hijo de Pedro Páramo llegaría a buscarlo cumpliendo la petición de su madre; en su búsqueda lo único que encontró fue un lugar inhabitable y se halló con la muerte de frente, con personas pertenecientes a otra dimensión, y al poco tiempo de estar en Cómala se convertiría en uno más de sus habitantes. Este lugar cayó en decadencia con el paso del tiempo y el peso que produce cada segundo, la desolación de las almas en cada uno de sus personajes agobian el hecho de vivir en la misma muerte, son fantasmas conservados en la sombras de sus almas y en las ruinas de Cómala.

Toda la obra que se mencionó anteriormente conserva la religiosidad para escapar de su verdad y se convierte en un factor cultural imprescindible y en un fenómeno de psicosis permanente las expresiones religiosas y sus personajes las recitan esperando poder llegar a la gloria de Dios, inclusive esa tarea es hecha por parte del párroco del pueblo, como se puede notar el factor religioso es importante en esta obra, como también lo afirma (Boixo, 1985, 166) el lector puede apreciar en casi todas las narraciones de Rulfo ciertos giros coloquiales que incluyen la palabra (Dios) como expresión corriente en el lenguaje (por el amor a Dios), (Dios mediante), etc. Son expresiones que en sí mismas no tienen importancia, pero reflejan algo que sí la tiene: los personajes viven inmersos en una tradición cristiana, hecho que acentúa por las frecuentes alusiones a las iglesias, a los rezos, etc. 

A pesar de ser una obra tan escéptica que pretende atravesar la muerte y plantear un panorama de existencialismo, conlleva a utilizar la realidad más próxima relacionada a la cultura cristiana, desde el lenguaje hasta una filosofía de vida donde todos se aferran a la creencia de un ser superior.

Como conclusión, se puede decir que las expresiones religiosas están dentro de la literatura representando la gran cultura cristiana referente a muchas sociedades creyentes, dejan ver lo popular y cotidiano, pareciera que por su sencillez son abstractas, sin embargo están llenas de sabiduría, idiosincrasia y tradición. Por su parte la literatura pretende ser una representación original del mundo y de la realidad, abstrayendo y reforzando la cultura; tal vez haya una separación entre religión y literatura al ser dos concepciones distintas, tener diferencias de poder y creencia; pero también tienen una fuerte relación: en buscar explicar la vida, ser un bien común para la humanidad y hacer parte del universo del lenguaje; donde lo imposible se hace posible, en el cual la cultura tiene valor y para toda circunstancia de la vida por difícil que sea, se tiene una solución.

 

Bibliografía.

Biblia, C. (1998). La biblia Cultural. Madrid: Grupo Editorial Sm.

Boixo, J. C. (1985). El factor religioso en la obra de Rulfo. Cuadernos Hispanoamericanos, 165 - 177.

Vela, A. (2014, febrero 19). Siempre. Retrieved octubre 18, 2017 from siempre: http://www.siempre.mx/2014/02/literatura-y-realidad/

 

 Cristian Alexander Rodríguez Muñoz*

Estudiante de Cultura Física

Universidad Santo Tomás

 

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.

ARTE-FACTO. Revista de Estudiantes de Humanidades

ISSN 2619-421X (en línea) abril 2018 No. 6

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