Un sueño llamado fútbol

Jorge Enrique Caro Álvarez*

-Vamos con todo, el esfuerzo y el sacrificio los representamos los próximos 45 minutos, ¡eso es lo que nos hará ganar!... Corriendo todos los 45 señores, ¡ni por el putas los quiero ver caminando!... ¡VAMOS A GANAR! ¡VAMOS VAMOS! - fueron las frases del entrenador antes de salir al segundo tiempo -no te confíes marica, ese volante es bastante rápido y calidocito- me decía mi compañero de línea, sin dejar aparte el apoyo mutuo que nos dábamos en el camerino antes de salir a la segunda mitad del partido. Tal vez fue uno de los momentos de más tensión en mi carrera, el marcador en contra 1-0, el partido se definía en esos últimos 45 minutos, pero más que eso, sentía una tensión diferente e inusual, que posteriormente, supe por qué era. 

"La segunda parte ya arranco" dirían los comentaristas al momento en que el árbitro central daba inicio al segundo tiempo. Arrancamos, todo el equipo a atacar, los espacios eran mínimos para evitar los pases, el balón pasaba por los pies de cada uno de mis compañeros.

 Pase tras pase, el rival no sabía cómo quitarnos el balón, primer remate a portería, por fuera. -¡eh me tenías al lado!- peleaban nuestros delanteros. Minuto 75 de los 90 que se disputan. -corra, pásele por la espada a velocidad- me decía nuestro técnico, siendo yo un jugador lateral, seguía sus instrucciones, esta era la 5 vez que yo llegaba al arco rival. Recibí el balón, saque por un costado al primer atacante, frene, arranque nuevamente.

 Cuando inevitablemente siento ese dolor en el tobillo, se escucha el sonido del silbato, levantando la cabeza veo a un compañero - ¿está bien marica? ¿Necesita el cambio? - efectivamente, después de una barrida, y los taches del guayo del segundo atacante impactando en mi tobillo al momento en que lo regateaba, era justo que al observar esa escena pensaran que necesitaba el cambio, aunque debí haber dicho que sí, simplemente dije -llame al doc, y todo bien-.

 El médico revisando mi tobillo me preguntaba - ¿podes seguir? Está bastante inflamado y tenes que recuperarte del golpe anterior- aunque debí decirle del dolor que presentaba (al ver que por la falta que me cometieron se convirtió en el primer gol) decidí jugar.

 Minuto 83, 1-1 en el marcador, el empate no favorecía, nuestra meta era ganar o ganar, un ataque constante por las bandas, groserías se escuchaban en la cancha, se sentía la tensión del juego. Todos los cambios ya estaban ejecutados, solo nos quedaba correr esos últimos 7 minutos. -pégale a esa mierda marica-...

 No pensé contar esta historia, simplemente la guardé como un recuerdo personal, hoy, recordando cada paso que di para llegar a ese momento me llena de baste nostalgia. No pensé desempolvar mis recuerdos, y menos poderlos plasmar en un papel. 

 Contar todo lo que viví, para llegar a ser jugador… jugador profesional, es una historia que me gustaría contar.

En seis años, viví bastantes momentos, que me formaron como persona. ¡Sí!, contar mi historia me llena de nostalgia, pero a su vez me alegra, ya que gracias al fútbol viví lo que voy a contar.

 El inicio
 

4 Junio 1989

En los barrios lejanos de la ciudad en aquel entonces, festejaba una pareja el nacimiento de su segundo hijo. Un embarazo que le duró 8 meses a la señora Cristina, y que gracias a la ayuda del doctor Rafael (su esposo), fue posible que diera a luz en la clínica San Rafael. Un bebe que duró en incubadora, por sus fallas con la respiración, le otorgó alegrías a esta familia que tanto lo deseaba.

 La señora Cristina, después de bastantes intentos por tener otro hijo, por fin pudo dar a luz, con un parto difícil, pero lo logró. Deseando que esté fuera un niño, para que acompañara a su hermano, logró así con el doctor Rafael formar el hogar soñado y deseado.

 Desde pequeño él bebe mostró grandes cualidades para el deporte, le gustaba correr, saltar y jugar como todo niño, pero al momento de ver un balón, sus pies jugaban con él, se sentía en la cima del mundo imaginando ser un jugador de fútbol profesional. Soñaba todos los días desde que se despertaba hasta que se dormida que jugaba al fútbol, los estadios eran llenos, y no precisamente por él, sino por el equipo al cual jugaba.

 Los días en los que transmitían la liga de fútbol profesional colombiano, su papá hincha de Santa fe, colocaba la transmisión de los partidos, aunque paradójicamente esa tradición no siguió, ya que aquel niño sintió más amor por el color azul, el rival de santa fe, conozco eso muy bien, ya que aquel infante soy yo. Y si definitivamente sentí amor por millonarios, y era esa la ilusión que me mantenía y me hacía entrenar cada vez más, era la ilusión de poder jugar alguna vez allí.

 Acá empieza el camino al sueño
 

5 de Marzo 2004

Hoy empezaré este diario, y así cuando lo lea recordaré mi época como jugador profesional del poderoso Millonarios.

 Tengo en estos momentos 14 años, a pocos meses de cumplir los 15 años y poder jugar torneos nacionales, entrenando desde los 10 años y a los 12 incrementando las sesiones por fin van a dar frutos, por fin tanto esfuerzo, madrugadas y entrenamientos hasta la noche, me permitirán jugar liga de fútbol de Bogotá, un torneo donde nos observan a muchos, pero pocos somos los escogidos. El comienzo es difícil, pero sé que lo lograre, hace poco fue la selección para hacer parte del equipo que jugará la liga, empezó con una pequeña serie de filtros, que día tras día se vivían más exigentes. Muchos entramos, pero pocos nos quedamos. 

 15 Octubre 2004

Sé que empecé este diario para relatar mi historia, pero el deporte me exige bastante y no me permite dedicar tiempo para escribir. Los entrenamientos han sido bastante exigentes, aunque ya salimos del torneo el nivel de exigencia sigue, no puedo parar con la rutina de entrenamiento si quiero llegar lejos.

 Haciendo un recuerdo de lo que ha sucedido este tiempo puedo decir que empezando el torneo todos luchábamos por tener un puesto en la titularidad, afortunadamente lo gane y a medida que avanzaba la competencia los equipos eran más fuertes, con un nivel físico mayor al nuestro, rapidez al momento de atacar y orden al momento de defender. Eso me exigió a entrenar más duro.

  Este año, aunque el desempeño fue muy bueno, tristemente no ganamos la competición, pero comprendí que el rendimiento deportivo es exigente, de dedicación y desagradecido. No puedo pensar llegar a jugar en un equipo grande si no entreno fuerte o si no resisto los cambios de intensidades en los entrenamientos, últimamente he sentido un dolor en el pecho un poco preocupante, aunque he ido al médico, me dice que es algo normal, una bradicardia funcional me diagnosticó.

 Espero no sea impedimento para poder jugar al fútbol, igualmente si me he de morir, que sea haciendo lo que me gusta, que sea en una cancha de fútbol corriendo por un balón.

 06 Abril 2005

Es triste que no pueda dedicar un tiempo juicioso a escribir acá, el tiempo lo dedico en el fútbol, en los estudios y hace poco conocí una chica muy linda que la verdad me llama bastante la atención. Aunque no le guste el fútbol, he notado que me mira bastante cuando juego en el colegio en los descansos, siendo una morenita muy linda, con su cabello crespo, una sonrisa hermosa, unos ojos color café bastante lindos, no es muy alta pero sí muy atractiva, una cintura bastante llamativa y una curva que la marca bastante provocante, y aunque siendo hombre no puedo decir mucho de los sentimientos, sí puedo decir sobre esa hermosa cola que menea cada vez que se va para clase.

 Hoy justamente antes de salir hacia el entrenamiento me la encontré a ella, frente a la puerta del salón, de al frente. Me miró (obviamente yo igual) y simplemente nos sonreímos, me averiguaré su nombre y por más que no le guste el fútbol (como me han dicho) la llevaré a un juego mío. Puede ser que solo vea jugadores malos, y no alguien tan buen jugador como yo.

 En entrenamiento hicimos un trabajo de bastante intensidad, el peso era más elevado y las exigencias era máxima, para finalizar realizamos un partido entre nosotros el equipo verde contra el equipo azul, todos exhaustos, pero son los 25 minutos donde el cansancio se va y se juega con el corazón, 25 minutos donde nada existe a nuestro alrededor, 25 minutos donde no somos seres humanos, somos algo más que ello y disfrutamos con todo nuestro corazón ser jugadores, minutos que se pasan rápidamente por el disfrute que estos generan. Pero hoy por más apartado del mundo que estuviera, tristemente el organismo me pasó factura, y cobro ese desgaste físico.

 Al momento de correr para recibir un pase y generar una jugada de ataque, sentí un dolor bastante fuerte, un dolor que hizo que no pudiera correr más, que me dejo inmóvil la pierna, tan fuerte el dolor, que lo único posible era botarme al piso y reconocer que también soy un ser humano en una cancha de fútbol, que dejar todo allí tiene su precio, y ese precio me lo dijo el doctor con las siguientes palabras "mira lo que tienes acá es un desgarro en el isquiotibial derecho, debes reposar y descansar" en pocas palabras, presente una ruptura del músculo en la parte de atrás en la pierna derecha, lo cual me dejo por fuera de las canchas por lo menos un par de semanas.

 10 Julio 2005

Tres meses han pasado desde mi último escrito, han sido unos meses un poco difíciles de afrontar por la lesión que presente y las sesiones de fisioterapia, lo más doloroso de este tiempo, me he tenido que alejar de las canchas y simplemente ser un espectador, sentir la adrenalina del juego, la presión psicológica de un marcador en contra, el cansancio físico después de correr 90 minutos, y todo aquello que se vive en la cancha... lo extraño. 

 Pero como dice mi abuela "no hay mal que por bien no venga" este tiempo me ha servido para centrarme en mi estudio y pensar que sucede con mi vida si no juego más al fútbol, la verdad me estremece pensar eso y lo dejo de lado. También aproveche para hacer algo que me había propuesto hace tres meses y la oportunidad se me presento, conocer a esa hermosa morena que me fascina, su nombre es Paula, está en 10*B, es mayor a mí por un par de meses, su familia es de la Costa Caribe una parte y otra de la gran sucursal de cielo, Cali, con ella comprendí la frase "las caleñas son como las flores", se crió en la costa con costumbres muy del Valle, le gusta comer empanada, hablar de su vida y principalmente imaginar, le gusta que sea un caballero, pero ese toque de humor que tengo le encanta.

 Ya llevo hablando con ella seguidamente, aunque piense que voy detrás de su amiga, posiblemente mis intenciones sean otras. No logro que comprenda el fútbol, sabe que me encamino al alto rendimiento y que mi sueño es jugar al fútbol a como dé lugar, pero, aunque no le guste, aun así me presta atención y por lo menos en el descanso me ve jugar.

 Hoy empecé otra vez a retomar entrenamientos con mi equipo, tengo poco tiempo para tomar el ritmo y ser convocado nuevamente para jugar la liga, ahorita estamos en pretemporada, pero en un par de semanas empieza la competición. El entrenamiento de hoy me completo, era eso lo que me faltaba, jugar fútbol, sin ninguna molestia pude realizar los ejercicios, pero aun sintiendo felicidad, no puedo ocultar esa rabia, impotencia, y desesperación, que llena mi ser al ver que otros rinden más y por más que me esfuerzo no puedo alcanzar ese nivel, y no es por falta de voluntad, es por la ausencia de los entrenamientos en estos tres meses de quietud. Es un proceso, pero me toca asimilarlo lo más rápido posible para lograr llegar a mi meta.

 Nadie me dijo que salir de una lesión iba a ser fácil, pero tampoco difícil, el límite no lo impongo yo, ni mi mente, el límite lo impone la pasión, el límite lo impone mi corazón. 

 29 Noviembre 2005

Aunque alguna vez empecé este proyecto para relatar esta etapa de mi vida y me propuse escribirlo de forma seguida tristemente no lo he podido cumplir, pero no es porque yo lo quiera así, la verdad es que me es difícil cumplir con mis obligaciones que presentó a los 16 años, no solamente debo cumplir con mis entrenamientos, también mi proceso educativo me exige y mis obligaciones en el hogar. Una rutina habitual mía comienza sonando la alarma a las 4 am suena y suena, la apago y vuelve y suena, hasta que la pasión puede más que la pereza después de 45 minutos de insistir, levantándome a las 4:45 am apoyando cualquier pierna en el piso (pero en lo posible la derecha), me siento sobre mi cama, me restriego la cara, y digo "hoy es el día". Me pongo una pantaloneta, tennis y camisa, bajo a la sala y siento ese frío de la mañana, empiezo a moverme, a sacudirme, a quitarme toda la pereza, abro la puerta y a las 5 am salgo a trotar. En esos momentos dejó atrás todo lo malo que sucedió el día anterior, y pienso en el nuevo día, son 30 aunque otras veces 45 minutos que me exijo yo mismo, que solo en mi mente está ser el mejor. Aproximadamente a las 6 am estoy de vuelta en mi casa, para poderme alistar rápidamente y salir camino al colegio, llego a mis clases a las 7 am, saludo a mis compañeros y me hago en la parte de atrás del salón, las clases son de 100 minutos cada una, en todas molesto, hablo en clase, presto atención, contamos chistes, nos reímos y me hacen sentir bien, son 4 clases al día, entre clases existe un receso de 15 minutos, con excepción de la tercera a la cuarta unidad, entre estas existe un tiempo de hora y media de receso, es el tiempo más esperado en el día, no sólo para poder almorzar, también por qué lo aprovechó para jugar al fútbol un rato, aunque últimamente desde que conocí a Paula, le dedico tiempo a ella, al fútbol, y a comer empanadas con ella a mi lado para conocerla más. 

 Ya llevamos un tiempo prudencial en el que hemos forjado nuestra amistad, conocemos lo que nos gusta y lo que no, nuestras metas y los problemas del hogar, peleamos por bobadas, pero al rato nos reímos y otra vez hablamos como si nada hubiera sucedido, nos miramos a los ojos y no sabemos qué hacer, nerviosos, nos reímos, parpadeamos, en ocasiones nos miramos los labios, pero luego nos quitamos la mirada, existe un silencio de vergüenza o de arrepentimiento por no haber hecho lo que queríamos y luego surge un nuevo tema. En cuanto al fútbol, se ha logrado un cambio, por lo menos ya se emociona cuando quito un balón o hago un gol, de resto no presta atención a excepción de que yo tenga el balón.

Salgo de las labores del colegio a las 3 pm, la hora más deseada, y no es por qué salgo de clases como es usual en algunos compañeros, es por qué me dirijo a mi entrenamiento. 

 4 pm empiezo a entrenar, vestido con pantaloneta, camisa, medias, canilleras y guayos, empieza mi labor, ya no soy un estudiante o una persona más, soy un jugador de fútbol, las sesiones son acompañadas de un trabajo físico, un trabajo táctico, y la anhelada lista de los jugadores convocados para la siguiente fecha, estar en ella la mayoría de veces te hace sentir superior, pero fracasado a la vez por qué tal vez no apareces en el equipo titular. Finalizado el entrenamiento a las 6 pm hablo con mis compañeros, molestamos un poco, cobramos penaltis apostando dinero, nos cambiamos y cada uno va para su casa, en otras ocasiones comemos en una tienda cercana y tomamos jugo. Me subo al bus y esperar la hora y media de recorrido, llego a mi casa pasadas las 8, me ducho y realizó los trabajos del colegio, siendo las 11 pm alisto lo del día siguiente y me acuesto a dormir ya llegando las 12, aunque últimamente es un poco más tarde, ya que hablo con Paula una última vez al día. 

 15 Febrero 2006

Un nuevo año en el cual tengo miles de expectativas, metas y propósitos que cumplir, vamos a ver si este año puedo escribir más seguido. En cuanto a lo sucedido este tiempo, termine mis entrenamientos siendo uno de los jugadores con más convocatorias y minutos en el club, Paula me habla más seguido y cada vez experimentó un nerviosismo raro y diferente cuando la veo o hablo con ella, mi educación ya termino y me fue bastante bien y en cuanto a las lesiones nada ha sucedió de forma inusual.

A comienzo de año me llego la invitación para las convocatorias de los equipos profesionales, millonarios el de mis amores, santa fe el amor de mi padre y equipos de fuera de Bogotá que las oportunidades eran muy buenas, pero que me exigían alejarme de mi hogar. Decidí hacer lo del pica flor, picar allí y picar allá, presentándome en todo lado donde pueda participar, en algunos lados los jugadores eran extraordinarios y pasaban por talento, en otros (tristemente la gran mayoría) los jugadores eran recomendados por algún dirigente o conocido y se quedaban, dejando de lado excelentes jugadores.

 Probando en todos los sitios, aprendí bastante "mañas", diferentes formas de mantener el orden en la cancha, y bastante experiencia en mi posición, que me dio la fortaleza y la gran oportunidad de presentarme, quedarme y jugar en el gran equipo de mi pasión Millonarios. Obviamente mí a papá no le pareció un gran logro, pero si se sentía bastante orgulloso de mí y entre todo me apoyaba… forjó nuestra relación como padre e hijo.

 Eso igual no impedida que al momento de un clásico bogotano él no dijera "esas chuchas de los millonarios no van a poder", "goooolllll gol gol gol de mi santafesito lindo", "si ve que son malos sálgase de allá", pero de todas formas yo sentía su apoyo y amor.

 Empieza el ciclo de ser profesional
 

20 Abril 2006

Vamos a ver si este año si puedo escribir un poco más a menudo, o por lo menos dejar que no pase tanto tiempo sin relatar en estas páginas la historia de mi proceso, en este tiempo he dedicado a permanecer en las bases del equipo profesional al que ya hago parte, me han brindado indumentaria, subsidio y un apoyo inmenso en mi proceso formativo. Obviamente para mantenerme ha sido difícil, constantemente nos hacen test para conocer el rendimiento y los jugadores que son titulares no quieren llegar al banquillo, los del banquillo no quieren ser reservas y las reservas no se quieren ir, y obviamente sucede en el caso contrario, los de afuera quieren ser reservas, los de reserva banquillo y los del banquillo titulares, por ende, la competencia es bastante dura.

En estos meses desde que empecé a entrenar he conocido bastantes personas, pero lo difícil es entrar a la “rosca” del equipo antiguo, o los jugadores base como se dice en el entrenamiento. Aunque ya me he hecho amigo de algunos, otros todavía no aceptan los nuevos, ya que su puesto puede peligrar. Los compañeros que entraron conmigo (6 contándome para ser exactos) no han seguido, y hemos quedado 3 solamente, por mi parte, ya he podido entrar a conocer algunos jugadores base, y el técnico ha visto mi dedicación que me da minutos de juego en los entrenamientos con el equipo base, el resto simplemente entrena y se va.

En cuanto a mi vida fuera del fútbol, es decir Paula, hemos salido un par de ocasiones, me ha acompañado a entrenamiento, ya hemos hablado más de cuestiones sentimentales, ha sucedido más de un acercamiento juntos de camino a casa, su mirada me dice muchas cosas, y cada vez nos hemos acercado para besarnos, pero la timidez y los nervios no nos han dejado. En una ocasión nos quedamos solos, era la oportunidad exacta, pero ninguno de los dos tuvo el valor, el temor de dañar la amistad, es superior.

Hoy ella vino a mi casa, estaba solo, sonó el timbre, jugaba Brasil vs Holanda, yo veía el partido, bajo abro la puerta y ella estaba allí, subió a mi cuarto y nos acostamos en la cama, empezamos a habar, y nos mirábamos, como dos amantes que no podían estar, pero que la pasión les podía ganar, mis manos se aposaron en su cadera las de ella en mi rostro, mi manos fueron pasando lentamente por debajo de su ropa y sintieron sutilmente su piel canela, ella simplemente me miraba y dejaba que todo sucediera, sentí su cintura, y con risa nerviosa, simplemente seguía el juego de tocar, la manos de ella bajaron de mi rostro al abdomen, lo tocaba y sentía mi respiración.

No puedo mentir, pero deseaba el momento de que estuviera conmigo, mis manos subían por el borde de su cuerpo, sintiendo su figura esbelta, esa figura de toda una mujer, de toda una muñeca que se marca sus medidas y que provoca cada vez más un aumento en la pasión entre los dos. Su cabeza se pega a mi cuello, su respiración cada vez aumentaba más, al momento en que yo subía mis manos y ella bajaba las suyas, el tiempo pasaba y simplemente nuestros cuerpos se juntaban, se pegaban, se sentía un aroma a pasión, a deseo, a deseo carnal, a estar juntos y ser un solo ser. La ropa empieza a incomodar, y no sabemos cómo quitarla, ella se sienta en la cama y me mira, yo igual, simplemente nos besamos, pero no fue un beso cualquiera, un beso acompañado de cariño, deseo, pasión, calor, con ganas de sexo y de hacer el amor, ese beso apasionado donde se juntan los labios, y simplemente se disfrutan el uno al otro, mis manos le arrancaron la blusa y las de ella mi camisa, los pantalones simplemente se ya no estaban, y quedamos en ropa interior, pero no por mucho tiempo…

Fue una tarde inolvidable, que la verdad me encanto, el deseo de estar con alguien no lo había sentido hasta hoy, un mundo de emociones nuevo y un placer, que el fútbol supera, pero casi lo alcanza.

15 Octubre 2006

Aunque pensé que este año podría escribir más seguido, la verdad me equivoque, no pensé que el tiempo se me fuera reducir, y que los entrenamientos se volvieran cada vez más intensivos, a medida que este año pasaba, los directivos y jugadores no nos conformábamos con el nivel competitivo que teníamos, y día tras día, entrenamiento tras entrenamiento, nos exigíamos 200% más que el día o entrenamiento anterior.

Los entrenamientos a doble jornada son los más exigentes, dos horas en la mañana y tres horas en la tarde, nadie parece cansado, y al momento de ver un balón, parecemos niños con un juguete deseado, nadie lo quiere dañar, pero sin la envidia de los niños, todos los préstamos y nos divertimos hasta no más poder.

Estamos en las instancias finales del torneo local, y buscamos un puesto para poder participar en los torneos nacionales. Pero eso ahora no importa, lo importante es ganar la copa local, muchos nos preparamos cada vez más dedicados, y buscamos el puesto en la titular. Aunque dure un tiempo en el banquillo, ya puedo decir que soy un jugador importante en la cancha, y no fue nada sencillo llegar a donde estoy.

Los tres jugadores que quedábamos en el equipo (compañeros que entraron conmigo), estábamos destinados a ser fichas importantes, pero por un cambio de dirección técnica, quedamos apartados, el técnico nuevo trajo jugadores del norte y sur del país, y nos dejó en el banco o en reserva en algunas ocasiones, ya pasados los meses mis compañeros dejaron de volver y solo quede yo, pasados los dos meses, le comentaba al técnico mi inconformismo por no darme oportunidad de jugar un partido, y que solamente me convocara para estar en el banquillo.

-Profe la verdad no me siento muy a gusto, usted me deja en el banco y yo quiero jugar, me he esforzado, deme la oportunidad-

-No chino a usted todavía le falta, la verdad no sé cómo sigue acá, debió haber hecho lo de sus compañeros, porque usted acá no me sirve-   

Sentí un dolor grande, acompañado con ira, simplemente agache la cabeza, mire a los ojos al técnico y le dije

-Viejo usted no sabe hasta qué punto soy capaz de llegar, ¡LE VOY A BANQUEAR UNO DE ESOS NEGROS HIJUEPUTAS Y SERÉ TITULAR! 

Cogí mis cosas, y simplemente me fui del lugar. No medí mis palabras, pero la ira me gano, después de ese episodio en adelante, empecé a entrenar por mi cuenta, y paradójicamente empecé a ser convocado más seguido, pero como jugador suplente. Un partido sucedió que simplemente llegamos once jugadores exactos, y por cosas del destino, el jugador de mi posición no llego.

-llego su oportunidad… hágale pues- me dijo el técnico

Por fin era mi debut, no sabía cómo afrontarlo, pero exteriormente, mostré una frialdad y un carácter sorprendente. El técnico nos brindó las instrucciones y entramos al campo.

En el primer tiempo el equipo rival nos atacaba constantemente, pero por mi costado el balón no pasaba, recibí un balón al costado, corrí con velocidad hasta llegar a la mitad de cancha, vi el delantero correr y sin pensarlo dos veces envié el centro al punto penalti, “paisa” como le decíamos, salto por delante del defensor, cabeceo el balón al palo del arco más cercano, y se escucha ese grito tan deseado ¡GOL! jugaba por la banda del técnico, simplemente me miro, yo también lo mire a él y seguí metido en mi cuento.

 El siguiente ataque lo protagonice por la banda en el segundo tiempo, ataque en velocidad, encare los defensas y quede mano a mano con el portero por un costado, levante la cabeza y no le pegue al arco, simplemente hice un pase acostado, llego David (el otro delantero) y celebramos el segundo gol que dio la tranquilidad del partido. Terminado el juego, el técnico se acerca a mí y me dice –todavía te falta- entre risas, le ofrecí mis disculpas por mi comportamiento, y simplemente nos marchamos. Así empecé a tener más minutos en el equipo, que hoy en día, me dan la oportunidad de ser un jugador titular e importante en la plantilla titular. 

15 Enero 2007

Nuevo año, en el que no se si escribiré o no constantemente, trato de hacerlo, pero es difícil y parece que siempre que me propongo hacerlo, el destino me ocupa y no me permite hacerlo, entonces me resignare a escribir cada vez que pueda como lo he hecho e ir contando lo que más pueda a medida que lleno las páginas.

En cuanto a lo sucedido el año pasado, quedamos campeones del torneo local, y por fin podemos viajar a jugar los torneos nacionales, este es un paso importante para todos los que hacemos parte del plantel, ya que seremos vistos para hacer parte de la selección Bogotá, es decir a un paso de ser selección Colombia y jugadores profesionales. Nadie dice que será fácil, pero si no se intenta, no se sabe que tan difícil sea.

Paula, es mi novia oficial, hemos sido dos amantes bastante apasionados, pero nos ha tocado controlarnos, he dejado de ir entrenar en un par de ocasiones por estar con ella y eso me ha afectado, he estado un poco distraído, pero este año necesito estar en mí cien por ciento de las capacidades, lo cual me exige con el dolor dejarla a un lado, y simplemente concentrarme en el fútbol.

Hace cinco días sentí una felicidad absoluta, no solamente por el inicio de los entrenamientos, y el volverme a encontrar con mis compañeros y amigos de cancha, también publicaron la lista de los 25 jugadores convocados al equipo de los torneos nacionales, con el número 18, número de mi camiseta, aparecía yo siendo uno de los 25 que esperaba este día, y que hoy cada vez veo más cerca ese sueño para llegar a ser profesional. Lo único que queda por decir, es empacar maletas y empezar a viajar.

Llegué a mi casa, di la gran noticia y fue una alegría total, mis papas se conmovieron y mi mamá alcanzó a derramar un poquito de lágrimas de la felicidad, por otro lado, mi papá me felicito. Por otro lado, Paula le pareció bastante bueno y se alegró mucho por mí, pero a la vez le disgustaba porque según ella “Pasaras más tiempo entrenando y menos tiempo para mí… mendigo fútbol que tiene tu corazón”. Tenía razón, pero no comprendía tampoco la felicidad que me daba estar al lado de ella.

Hoy salí a cenar con mi familia y con Paula acompañándome, todos me felicitaron por mi logro, y les parecía bastante interesante tener un familiar deportista. Le preguntaban a Paula ¿cómo iba a soportar que viajara seguidamente?, o ¿que si era difícil afrontar una relación así?, ella sutilmente contestaba con una sonrisa, y decía que era cuestión de tener paciencia, que igual cuando pueda, me acamparía a los partidos, y que para que no me “portara mal”, una buena despedida haría que la recordara.

No puedo creer el logro al cual he llegado, espero pueda dar lo mejor de mí, y que prontamente pueda ser un jugador profesional.  

18 Agosto 2007

Este es el periodo más largo que he esperado para poder escribir. Y no pensé la verdad que lo volviera hacer, pero me propuse una meta y así sea por lo menos cada vez al año, tratare de relatar mi historia como jugador.

En este periodo de tiempo empecé a jugar los torneos nacionales, tuvimos un mal comienzo, por lo que, en los primeros viajes presentamos malestares estomacales, gripes por los cambios climáticos y diferentes enfermedades, que impidieron jugar al cien por ciento de nuestras capacidades, o que no dejaban que jugaran todos los equipos del plantel. Forzadamente alcanzamos a un cupo de “repechaje”, que ganamos.

Pero no era lo que queríamos, los ánimos del equipo están por debajo, nadie sabía qué hacer, el director técnico tuvo que partir y detrás de él la confianza del club, llego un nuevo entrenador, hizo cambios en la estructura de juego y estuvo a punto de hacernos eliminar.

Se dio otro gran cambio en el club, y tristemente no alcanzamos a llegar a las fases finales de los nacionales. Nadie quería jugar, la ilusión se acabó, pero se encontró la solución, y la alegría volvió a nosotros. El nuevo director deportivo inscribió a la gran mayoría al torneo local, lo cual nos permitió jugar las rondas de vuelta en la fase de grupos, las fases de cruzados y estamos a la espera de las fases finales.

Esto brindo una nueva ilusión, al aparecer en planilla en el torneo local y si salimos campeones, podremos nuevamente participar en una competición de juegos nacionales.

Por otra parte, nos observan para las convocatorias de la selección Bogotá, ya que somos el equipo más próximo a ser bicampeón local, y eso llamo bastante la atención de los dirigentes, aunque saben el bajo desempeño de los torneos nacionales, ellos dicen que la culpa es por la organización del club y no por el desempeño de los jugadores.

Respecto a mi vida como ser humano y no como jugador, también presenté los males de mis compañeros al momento de viajar, presente una baja en las defensas y mi estado de salud estuvo delicado, sin contar, que también tuve un problema de apendicitis, lo cual me alejo un par de semanas de las canchas. Paula se encuentra bien, me apoya cada vez juego acá en Bogotá, pero se le nota la tristeza cada vez que tengo que viajar, en cuanto a mi problema de apéndice, estuvo conmigo acompañándome, pero cuando quedamos eliminados de los nacionales, ella no estuvo ahí, viajo con su familia a Cali, y me dejo afrontando la situación solo.

No pensé que fuera tan duro que ella no estuviera, ni pensé que tan importante se había vuelto para mí, pero me sentí como un ser tan miserable sin su compañía, que en ese punto de mi vida, el fútbol pasó a un segundo plano.

 Duro despertar
 

03 febrero 2008

Cumplir un sueño es difícil, toca dejar cosas de lado y entre esas es no poder escribir constantemente. En cuanto al año pasado, quedamos campeones por segundo año seguido del torneo loca, y más que eso volvimos a los torneos nacionales. Aunque fue una buena noticia, los cambios del club no se hicieron esperar, aumentaron las sesiones de entrenamiento y como jugadores nos parecía un poco absurdo, pero, el club para motivarnos nos regala mensualmente un bono para hacer mercado en la casa y poder comprar cosas para nosotros.

Sentir el lujo de que le paguen a uno por hacer lo que le gusta, es bastante satisfactorio, por fin los esfuerzos han dado frutos y ahora puedo aportar a mi hogar con dinero que gano yo.

Pero la felicidad no acaba en este punto, el mes pasado apareció la lista de los 28 jugadores convocados para la selección Bogotá, nuestro club aparecía con 4 convocados, entre esos estaba yo. Una dicha más grande que esa no la había sentido, una felicidad infinita, que me motivo a ser mejor.

En mi casa la felicidad seguía, no solo por los logros pasados, si no por los logros nuevos. El comienzo de este año empieza con grandes aspiraciones, y bastantes metas por cumplir.

Ya poseemos las fechas de juegos para los torneos nacionales de selecciones, y aunque sea un poco duro, si las fechas se cruzan con mi club, tristemente es más importante la selección Bogotá, y está en mi vida, tiene la prioridad. 

12 Julio 2008

Bogotá vs Valledupar, el encuentro estaba bastante tenso, el ganador del encuentro jugaba la final contra Antioquia y viajaba a torneos internacionales, acaba la primera parte y nos dirigimos a los camerinos.

-Vamos con todo, el esfuerzo y el sacrificio los representamos los próximos 45 minutos, ¡eso es lo que nos hará ganar!... Corriendo todos los 45 señores, ¡ni por el putas los quiero ver caminando!... ¡VAMOS A GANAR! ¡VAMOS VAMOS!- fueron las frases del entrenador antes de salir al segundo tiempo -no te confíes marica, ese volante es bastante rápido y calidocito- me decía mi compañero de línea, sin dejar aparte el apoyo mutuo que nos dábamos en el camerino antes de salir a la segunda mitad del partido. Tal vez fue uno de los momentos de más tensión en mi carrera, el marcador en contra 1-0, el partido se definía en esos últimos 45 minutos, pero más que eso, sentía una tensión diferente e inusual, que posteriormente, supe por qué era.

 "La segunda parte ya arranco" dirían los comentaristas al momento en que el árbitro central daba inicio al segundo tiempo. Arrancamos, todo el equipo a atacar, los espacios eran mínimos para evitar los pases, el balón pasaba por los pies de cada uno de mis compañeros.

 Pase tras pase, el rival no sabía cómo quitarnos el balón, primer remate a portería, por fuera. -¡eh me tenías al lado!- peleaban nuestros delanteros. Minuto 75 de los 90 que se disputan. -corra, pásele por la espada a velocidad- me decía nuestro técnico, siendo yo un jugador lateral, seguía sus instrucciones, esta era la 5 vez que yo llegaba al arco rival. Recibí el balón, saque por un costado al primer atacante, frene, arranque nuevamente.

 Cuando inevitablemente siento ese dolor en el tobillo, se escucha el sonido del silbato, levantando la cabeza veo a un compañero - ¿está bien marica? ¿Necesita el cambio? - efectivamente, después de una barrida, y los taches del guayo del segundo atacante impactando en mi tobillo al momento en que lo regateaba, era justo que al observar esa escena pensaran que necesitaba el cambio, aunque debí haber dicho que sí, simplemente dije -llame al doc, y todo bien-.

 El médico revisando mi tobillo me preguntaba - ¿podes seguir? Está bastante inflamado y tenes que recuperarte del golpe anterior- aunque debí decirle del dolor que presentaba (al ver que por la falta que me cometieron se convirtió en el primer gol) decidí jugar.

 Minuto 83, 1-1 en el marcador, el empate no favorecía, nuestra meta era ganar o ganar, un ataque constante por las bandas, groserías se escuchaban en la cancha, se sentía la tensión del juego. Todos los cambios ya estaban ejecutados, solo nos quedaba correr esos últimos 7 minutos. -pégale a esa mierda marica- gritábamos desde atrás a los delanteros.

 Faltando 2 minutos para el pitazo final cogí el balón, saqué rápidamente al delantero que me atacaba, hice el pase mientras que el volante me seguía (anterior mente había tenido problemas con él dentro de la cancha) me produjo el primer golpe, que me dejo por fuera, pero no pudo conmigo.

 Recibí el balón nuevamente y ataque con decisión dentro del área, sentí un tirón bastante fuerte en la camiseta que me freno inmediatamente y luego un golpe en mi tobillo, sonó el silbato, y yo en el piso no podía levantarme, se escuchaban peleas, el árbitro muestra una tarjeta roja y expulsa al volante que me hizo la falta, se me acerca y me dice –a ver si de esta si te puedes levantar maricón-, por más que lo intente no pude, inmediatamente me traen acá al médico, así es, me lesiono y desde acá estoy escribiendo, esperando a la respuesta, algo que en verdad me asusta, ya que la cara de los doctores y el fisioterapeuta de la selección que me acompaño, no es la más agradable.

 29 enero 2009

 Acá acaba la historia, no sé cómo afrontar esta situación y mucho menos como reponerme luego de la misma. La vida me dio la oportunidad de vivir el fútbol como mi juego, mi pasión y posteriormente como mi profesión, ahora empiezo un nuevo camino, y es el de mi educación universitaria, tal vez mi destino no sea ser jugador, pero si ayudar a que otros lo sean.

 En cuanto ese episodio que me dejo por fuera de las canchas, ganamos como selección, la falta que me hizo el otro jugador fue dentro del área y provocó un penalti, me entere de eso minutos antes de entrar a sala de cirugía. Mis compañeros no cabían de la dicha, yo también vivía esa felicidad, pero nada podía opacar la tristeza de saber que el fútbol se me fue de las manos.

 Sucede que al momento en que el jugador rival tiro de mi camiseta, este salto sobre mi tobillo con los dos pies juntos, lo que posteriormente en la sala del hospital, los médicos me diagnosticaron una ruptura total de los ligamentos del tobillo y debía ser operado lo más pronto posible, así sucedió, salí de la operación y duré recuperándome un par de meses, y cuando pude volver apoyar perfectamente, me dirigí a entrenar.

 Fue uno de los golpes emocionales más fuertes que he vivido… no pude tocar el balón, me dolía al momento de patearlo y a medida que entrenaba, era seguro que tenía un esguince y tenía que frenar el entrenamiento. El fisioterapeuta me recomendó tener una buena recuperación o era posible que el tobillo no me sirviera normalmente más adelante.

 Los directivos del club me apoyaron, pero me dejaron en claro que otro sujeto estaba detrás de mí y que ya paso a segundo plano. Preferí retirarme y dejar de jugar, hoy día me duele igualmente el tobillo, pero preferí dedicarme a estudiar y probar un nuevo destino.

 El fútbol, duro como todo en la vida, agradecido y desagradecido a la vez, me brindo alegrías, pasiones y dolores, me formo como persona, me motivo a conocer a Paula, y forjo las relaciones con mi familia, me ayudo a dormir con un sueño y a levantare con un propósito.

 El fútbol, es un sueño que ayuda alimentar la imaginación, la frustración, el ego, la humildad, la felicidad, la tristeza, y todo lo paradójico de la vida que ayuda a soñar… a tener un sueño llamado FÚTBOL.  

Jorge Enrique Caro Álvarez*

Estudiante Cátedra Opcional Institucional, Arte y Humanismo, Fray Angélico

 

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.

ARTE-FACTO. Revista de Estudiantes de Humanidades

ISSN 2619-421X (en línea) julio de 2018 No. 7

 

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