Valentina Gutiérrez González*

Uno, dos, tres,
Uno, dos, tres
Son incontables los rostros blancos que salen a flote en un lago plagado de flores, son rígidos y a la vez hermosos, son Ofelia y a la vez Siddal

Algunos tienen los ojos abiertos, otros descansan plácidamente y muy pocos exponen su sonrisa
Por el contrario, la posición de sus manos siempre es igual, sobre su abdomen procurando mantener aquel último calor vital
Uno, dos, tres
Son interminables
Uno, dos, tres
Los observo en la otra orilla y el cielo resplandece
Una piedra es su regalo
Y mueren por expresar lo clandestino
Uno, dos, tres
Aquí vienen otra vez, con las ropas más resplandecientes que jamás he visto
El tiempo ha permanecido estático en sus bolsillos,
Ahora soy un lago.
Uno, dos, cuatro.

Valentina Gutiérrez González*
Comunicadora social
Universidad Santo Tomás

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y
no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.
ARTE-FACTO Revista de Estudiantes de Humanidades. ISSN 2619-421X (en línea) octubre de 2021 No. 20