Flores: un catalizador de emociones en la vida del ser humano 

Amapolas ed

Jhoseph Ararat Sefair Morales* 

Las flores, extraordinarias e increíbles por su singularidad y belleza, irremplazables  para la naturaleza y la vida humana, proporcionan alimentos a diferentes especies, son una  fuente de medicina natural capaz de curar diferentes enfermedades; a través de sus pétalos  se manifiesta la geometría de las formas, gracias a ellas se da la polinización que permite  que haya vida en la tierra, y provee a los seres humanos de alimentación. Sin ellas, el  mundo sería un lugar aburrido y sin color, tal como se puede ver en la película Bee  Movie, cuando las abejas ya no necesitan la miel y dejan de polinizar las flores.  

 

Colombia es un gran exportador de flores, debido a la variedad de pisos térmicos y de climas que hay en el territorio, sin mencionar la fertilidad de nuestras tierras  colombianas, siendo superado solamente por los Países Bajos y sus tulipanes, por lo cual el  sector floricultor en Colombia tiene muchas ventajas: le da miles de millones de dólares en  divisas al país, son un sobresaliente generador de trabajo en todo el país, incentivan  procesos de emprendimiento y de asociación entre cultivadores, productores y vendedores.  Ante preocupantes fenómenos como la brecha de género laboral y el techo de cristal1, es un  aliciente que el 65 % de los trabajadores del sector floricultor colombiano son madres  cabeza de familia, como lo señala la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores  (Asocolflores). Incluso, durante la tradicional celebración de San Valentín en Estados  Unidos, se puede decir que los estadounidenses están regalando y obsequiando flores  provenientes de Colombia. Lo que hace que me pregunte por qué a Colombia se le tiene  que asociar con el oscuro estigma del narcotráfico y de la violencia cuando podría ser  conocido como el país de las flores, un país que a pesar de las grandes heridas siempre ha  vuelto a renacer.  

El ser humano lleva miles de años cultivando flores: las flores se han manifestado  de una o de otra forma en todas las culturas, sumado a que no se puede negar el peso social  que tiene en las relaciones sociales el hecho de regalar flores, porque mediante estas se  profundizan los lazos de unión que tienen las personas, puesto que las flores tienen la  facilidad de transmitir diferentes emociones sin necesidad de emplear el lenguaje verbal. En un artículo publicado por la Revista de Arqueología Mexicana se aborda la importancia de  las flores en la cultura prehispánica, donde no solamente eran decorativas, sino que hacían  parte de un simbolismo basado en el respeto a los dioses que se manifestaban a través de  los elementos de la naturaleza, y que las flores se graban en vasijas de barros y en murales,  lo que reflejaba el significado dinástico que tenían flores como la tripetala.  

Fuente: fotografía de Michelle Martínez

Las flores siempre han sido importantes en mi vida personal, tengo recuerdos desde niño de mi papá regalándole rosas rojas a mi mamá, de la escena de Shrek donde Fiona cuenta los pétalos del girasol que le iba a regalar Shrek por ser bonita, pensando en si decirle o no la verdad de su maldición; en quinto de primaria cuando le regalé por primera  vez una rosa a una compañera de curso en un soleado día de marzo, la flor de amapola que  no asocio con la guerra del opio o a la heroína, sino a las deliciosas tortas que se hacen con  su semilla y que me traen reminiscencias del colegio cuando nos la daban en el refrigerio junto con un delicioso y refrescante yogurt después de haber tenido varias horas de clase;  ya estando en la universidad, con la famosa base del botánico estadounidense Ronald  Fisher, donde analizaba la variación de la flor del iris en tres especies diferentes de plantas  (setosa, virginica y versicolor) a partir de cuatro medidas características como la longitud  del pétalo y del sépalo, y que yo debía analizar y correr en el software estadístico ‘R’. 

Las flores han sido trascendentales durante la historia, también están asociadas a  muchos recuerdos y anécdotas de mi vida; sin embargo, me surgen varias preguntas ¿qué  impulsa a las personas a comprar flores?, ¿qué significados les dan a estas?, ¿de qué forma  se vio afectado el sector floricultor durante la pandemia? Estas son las preguntas, apreciado  lector, que en la presente crónica busco responder, para lo cual voy a narrar cuando pude visitar sitios donde se venden y se compran flores durante un fin de semana en el pasado mes de octubre y charlar con vendedores y compradores; para poder responder todas las  preguntas anteriores.  

Era un fin de semana de octubre, puente festivo. En la ciudad de Bogotá se  respiraba cierta nostalgia y tranquilidad en el aire, no llovía, aunque tampoco soleaba, el  cielo resaltaba cierto azul celeste, tenía mucha emoción y nervios por el recorrido. Primero  decidí ir a Ciudad Montes, en la localidad de Puente Aranda, este es un sector muy comercial y muy activo donde hay restaurantes, cafeterías, bares y tiendas, floristerías y  florerías, que suelen ser muy reconocidas por las personas que viven en mi barrio y en los  lugares vecinos. Hace cinco años ya había tenido un primer contacto cuando acompañé a  mi mejor amiga del Colegio a comprar un ramo de flores para su mamá. Siendo un sector  muy cercano a dónde vivo —vivo en el barrio Veraguas— decidí ir a pie, por lo que atravesé  varios barrios como Santa Isabel, Asunción y Bochica Central. Los parques estaban solos, aunque eso se puede deber a que al día siguiente era lunes festivo y miles de familias salen  de la ciudad de Bogotá, pero eso me permitió reflexionar sobre la tranquilidad que  transmite la naturaleza y en particular las flores, ya que en el camino pude ver varias flores  de diente de león aquellas que se asocian a la niñez y que los niños soplan para pedir un  deseo, pero que cuando vuelan sus semillas se expanden y pueden crecen muchas más, lo  que trae la esperanza de un mejor futuro. 

Llegué a Ciudad Montes pasado el mediodía, y allí pude observar un barrio que se  ha empezado a reactivar tras las consecuencias económicas y sociales que trajo consigo la  pandemia, a los restaurantes iban entrando personas a almorzar con sus familias y con sus  parejas, se escuchaban las voces de los diferentes empleados en las entradas de los locales, por la hora del día había trancón de buses y carros en sentido oriente-occidente y viceversa.  Atrás quedaron aquellos días de la cuarentena en el 2020 en que el ambiente que se  respiraba en la ciudad era soledad y las personas estaban encerradas en sus casas y solo  salían por razones de extrema necesidad; me trajo un aire de nostalgia recordar aquellos lejanos días del 2016 donde con mis amigas nos escapábamos después de salir del colegio y  descansábamos de la profundización en matemáticas financieras y estadística que teníamos  por la tarde, y nos íbamos a caminar hasta el parque de Ciudad Montes, a dar una vuelta por  toda la localidad y rematamos comprando y tomando unas buenas polas.  

Es importante mencionar lo siguiente para que el lector conozca en detalle la  diferencia entre florería y floristería: en la florería se pueden comprar plantas y flores e  implementos de jardinería como macetas, mientras que en la floristería, aunque se compran  flores y plantas, es un negocio especializado en la comercialización de flores combinadas  para diversos fines, y a las florerías se acude para obtener arreglos florales de diferentes  variedades, además que se caracteriza porque se venden cosas y detalles para regalar como  lo señala Tina Rubio, florista de pura raza española, de familia productora de flor y planta  ornamental en la página de internet, donde habla de su proyecto de flores.  

El primer local dónde estuve fue una Floristería ubicada en la carrera 38 con calle 8  sur, que se caracteriza por hacer arreglos florales para diferentes ocasiones, eventos de  índole social y empresarial, también entregan detalles románticos como desayunos  sorpresa, peluches y bouquets con flores y frutas. Al entrar al local se encontraba solamente  el florista, un muchacho joven de aproximadamente unos 30 años llamado Juan2, en ese  momento la dueña de la floristería se encontraba almorzando, por lo que no tuve mayores  dificultades para poderle hacer la entrevista, mientras él iba haciendo un arreglo con flores  rojas que le encargaron tenía puesta música de reggaetón, lo que me pareció que le ayudaba  a hacer su trabajo de forma más animada. Inicialmente me cuestionó sobre la finalidad de las preguntas, le expliqué que era una crónica que tenía que hacer para la Universidad y que  estudiaba Gobierno y Relaciones Internacionales, motivo por el cual estaba haciendo  trabajo de campo.  

Le pregunté inicialmente qué tipo de arreglos solicitaban los clientes, me respondió que “a los clientes les gusta comprar arreglos que sean innovadores, todo va avanzando, aunque lo tradicional nunca pasa de moda, pues siempre también lo piden”, y que  principalmente los arreglos son solicitados para aniversarios de pareja, matrimonios, fiestas  de quince años o eventos de coctel, en general eventos de celebración. Al preguntarle sobre cuál era la motivación de las personas para comprar arreglos florales, me dice porque es un detalle que va ligado a los recuerdos de las personas y a ocasiones especiales, “un ramo  de flores alegra y consuela el día a las demás personas” en la percepción de Juan. Las  flores que más solicitan los clientes son las rosas color rojo y color salmón aunque me  comenta que no necesariamente las piden por motivos románticos, sino que la demanda  puede variar de acuerdo a los eventos, poniendo el ejemplo de los lirios que son muy  solicitados para eventos formales en sus distintos colores y variedades al ser unas flores  muy elegantes, mientras hablaba con él, llegó una pareja de clientes al local, quienes  mencionaron que para ellos los lirios son atracción, elegancia y pureza al mismo tiempo. 

Mientras pausaba un momento la grabadora para tomar agua, me acordé de una  serie de Netflix llamada “La Casa de las Flores” una serie en la cual las flores resaltan el  color y las emociones de los personajes de la serie, y se me vino a la cabeza un personaje llamado Julián que es asociado a los lirios como un símbolo de libertad (título del tercer  capítulo de la serie), por su lucha a reconocerse y aceptarse como es, ya que es homosexual  y está enamorado del contador de la familia.  

Antes de irme del local tuve la oportunidad de preguntarle sobre las implicaciones  que tuvo la pandemia para el negocio de la floristería, ante lo cual señaló que: "La venta de  flores y de arreglos florales se vio afectada por las restricciones y cierres, por lo que tocó adaptarse a nuevas modalidades de venta, a puerta cerrada, a domicilio y en internet, el  Covid nos afecta absolutamente a todos, pero de a pocos ha vuelto el negocio a resurgir”.  

Después seguí mi trayecto caminando por toda la Calle 8va sur, yendo hacia la  carrera 30 en sentido oriente, y entré a una florería la cual había podido conocer varios años  antes con mi amiga. En la entrada puedo saludar a Juan David, un vendedor de flores e hijo  de los dueños del local, quien me pareció sencillo y trabajador y con quien pude charlar  algunos minutos, y que además me permitió tomar algunas fotos a las flores. Cuando le  pregunté qué consideraba que impulsa a las personas a comprar flores, respondió: “Las  flores son un detalle extrovertido, que se regala desde hace mucho tiempo, porque cuando  tú regalas flores estás regalando vida”. Lo que tiene un claro impacto en el estado de ánimo  de las personas, como lo aborda en un artículo académico la profesora Jeannette Haviland  Jones, de la Universidad de New Jersey, donde aborda la forma en la que las flores y sus  aromas, influyen en las emociones al concebirse como un sistema dinámico que responde a  estímulos, y el ser humano las lleva miles de año cultivando porque son un poderoso  inductor de emociones positivas. En un estudio aplicado a personas mayores en el que les  regaló flores se demostró que este hecho les trajo efectos como un buen estado de ánimo y  mejorar la memoria. Juan David también me cuenta que regalar flores es una tradición que  se hereda a través de las distintas generaciones, pero por cuestiones culturales se daba  principalmente por parte de hombres a mujeres, aunque las flores realmente no tienen  género.

 

Fuente: fotografía de Jhoseph Sefair Morales 

Comenta que, entre las flores más vendidas, las flores que más se venden me dice  las rosas rojas, los girasoles y los lirios figuran entre las más solicitadas. Respecto a los  girasoles esa misma tarde tuve la oportunidad de hablar con Juana3 una compradora  frecuente de girasoles, que suele ir mucho a este sector. Le pregunté por qué le gusta mucho  comprar y que le regalen estas flores, y responde lo siguiente: “Los girasoles son flores que absorben la luz del sol y se apagan, pero luego con el tiempo esa misma luz los hace florecer hermosamente. Y la historia pues es mentira, pero es algo que se puede reflejar en  la vida, quizás creemos que hay algo que nos apaga y nos hace mal pero realmente nos hace  bien y nos ayuda a crecer. Siempre hay que buscar la luz incluso en las situaciones más  difíciles y oscuras”. 

Fuente: fotografía de Jhoseph Sefair Morales 

Al final de la conversación con Juan David, tuve la oportunidad de poderle  preguntar sobre cómo impactó la pandemia en el sector floricultor, y me dijo que los afectó  bastante porque se perdieron los cultivos y las flores sin poderlos traer a la ciudad, sumado al alto costo de los insumos y fertilizantes por el cierre de las fábricas, sin embargo, que  ahora todo está más regulado y volviendo a la normalidad paulatinamente.  

Después de salir de la florería continuo para ir al último lugar que visité para la  realización de la crónica: la plaza de Mercado del barrio Restrepo, uno de los puntos más  dinámicos y vivos de la ciudad, donde se venden frutas, verduras, carnes, y también flores; decidí ir a este lugar, ya que siempre me ha parecido un lugar muy ameno. Por lo que ya  eran más de las dos de la tarde y daba la impresión en el cielo de que se venía la lluvia,  tomé un colectivo que me dejaba al lado de la plaza.  

Llegué a la plaza pasadas las dos de la tarde, había mucha gente en las entradas del  lugar y yendo hacia los diferentes restaurantes que se encuentran en el segundo piso,  después subo al mencionado piso buscando los puntos de venta de las flores, donde se  resalta el color y cierto aire de tranquilidad.  

Allí pude hablar con Marcela una vendedora de flores de la Plaza, ella me comenta  que el mercado de flores es muy activo en el lugar, que durante todos los días del año se  venden, que las personas principalmente compran flores para eventos como: fiestas de  quince años, fiestas sorpresa, fiestas de baby shower, y para llevar a los funerales, solo por  mencionar algunos. Me causa cierta intriga y sorpresa cuando me cuenta que a causa de la  pandemia se empezaron a vender arreglos con flores artificiales para que las personas pudieran llevarlos a los funerales y a los cementerios, pues por motivos de infección y de  higiene ya no puede llevar las flores naturales.  

Entre las flores más vendidas, me comenta que las personas llevan principalmente,  rosas, girasoles, orquídeas y chirosas, pero la que más se venden son las rosas,  principalmente para ocasiones románticas como “el día del amor y la amistad” siendo uno  de los días del año en los que las personas más acuden a comprar flores. También menciona que para fin de año las ventas de los arreglos son muy activas ya que las personas usan los  arreglos florales para la decoración de salones en diferentes eventos. 

Fuente: fotografía de Jhoseph Sefair Morales 

Cuando le pregunto sobre qué conexión piensa ella que hay para que las personas compren flores, me dice que es un detalle que llama mucho la atención de las personas, por  los colores, por su variedad y por su estilo, además de sentirse identificadas con los colores  de estas por lo que las personas buscan “arreglos que sobresalgan por el color y se resaltan  ante los demás”. Menciona que su flor favorita es el girasol: “siempre me han gustado por  el color, me parece una flor hermosa”. A lo que recordé que, en un artículo publicado por la  estudiante de Licenciatura en Letras, Nuala Szler, ella cuenta por qué el girasol es una flor  que denota amor y admiración, que se ha asociado a la felicidad y al positivismo, como en  la cultura china simboliza la búsqueda de la iluminación, mientras que para algunas  religiones representa a quien busca permanentemente a Dios; también era un símbolo de poder para algunas cultura prehispánicas y finalmente, citando a John Berger, como Van  Gogh representaba a los girasoles amarillos en su obra no solamente para imitar a la  naturaleza sino obra sino para expresar la emoción que esta misma despierta.  

Antes de salir aproveché para preguntar a Marcela y a la dueña del local, de qué  forma se vieron afectados durante la pandemia; me cuentan que los puntos de venta de  flores de la plaza al encontrarse en el segundo piso estuvieron encerrados durante cuatro  meses, en los que solo se permitió que en la plaza se vendieran víveres básicos, tiempo en  el que no recibieron ninguna ayuda por parte del Gobierno ni a nivel local ni tampoco a  nivel nacional, solamente “se logró sobrevivir con el apoyo de Dios y adaptándonos a las  nuevas circunstancias”.

Las flores cumplen un papel fundamental en la vida del ser humano, permiten  fortalecer vínculos y relaciones entre las personas, van asociadas a diferentes emociones y  sentimientos, el ser humano se siente identificado con sus colores, el simple hecho de  regalar una flor o un arreglo floral, permite mostrarle a la otra persona el cariño, el respeto  y admiración que se le tiene, también con las flores se pueden recordar momentos de  felicidad y momentos de tristeza, pero que quedan en los recuerdos de las personas. Juliana  Emain, escritora irlandesa, en su libro “La simbología de las flores”, aborda la influencia de  las mismas en la salud y cultura del ser humano, y como desde la prehistoria han estado  ligadas a la cotidianidad y a las cosas más sencillas pero significativas de la vida., por lo  que su belleza ha influido en diferentes ámbitos como la literatura y el cine, como por  ejemplo en el libro “María” de Jorge Issacs. donde cada mañana María le dejaba flores a  Efraím en su mesa de noche, simbolizando el infinito amor que sentía ella hacia él. Este es  el fin de la crónica, las preguntas que buscaba responder no poseen la verdad absoluta; esto  me hace invitarte, estimado lector a que te hagas las mismas preguntas. Espero que esta  crónica haya sido un texto agradable y placentero, y quiero finalizar con una frase del  pintor francés Henri Mattise: “Siempre habrá flores para aquellos que quieran verlas”.

1. Techo de cristal es un fenómeno estructural que se da dentro de las empresas que impide que las mujeres  puedan acceder a cargos de alto nivel de decisión. 

2. Nombre cambiado por solicitud del entrevistado por razones de índole personal.

3. Nombre cambiado por razones de confidencialidad de la persona entrevistada.

Jhoseph Ararat Sefair Morales* 
Estudiante de Gobierno y Relaciones Internacionales
Universidad Santo Tomás

 

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