Lesli Arciniegas Colmenares*
Una canción nacida del consuelo personal que terminó convirtiéndose en un himno universal. Hey Jude, escrita por Paul McCartney en 1968, marca uno de los momentos más emotivos y transformadores de la historia musical de The Beatles.
McCartney, Paul. (1968). Hey Jude. En Hey Jude / Revolution [Sencillo]. The Beatles[grupo]. Londres, Reino Unido: Apple Records.
Hey Jude es una de las canciones más famosas de The Beatles, escrita por Paul McCartney en 1968 durante un periodo de grandes cambios internos y exploración musical en la banda. Originalmente llamada “Hey Jules”, la canción surgió del deseo de ofrecer apoyo emocional a Julian Lennon, hijo de John Lennon y Cynthia Lennon, en medio del difícil proceso de divorcio de sus padres, ocasionado por el romance de John Lennon con Yoko Ono. Cuando John comenzó su relación con Yoko Ono, todavía estaba casado con Cynthia. Julian Lennon descubrió que la canción había sido escrita para él cerca de veinte años después cuando escuchó los hechos sobre la primera versión de McCartney presentándola en el estudio después de una visita a Cynthia y Julian
La sensibilidad de McCartney se refleja en cada nota y verso, transformando el dolor en un mensaje de consuelo y esperanza. Como se menciona en la letra:
Hey Jude, don't make it bad. Take a sad song and make it better". (Oye Jude, no lo hagas mal. Toma una canción triste y mejórala) (Paul McCartney, 1968).
Estas líneas invitan a convertir la adversidad en una oportunidad para el crecimiento personal, resaltando el poder curativo de la música.
Musicalmente, Hey Jude destaca por su original estructura, que contribuye significativamente a su carga emocional. La canción comienza con una suave y melódica introducción al piano, que crea un ambiente íntimo y reflexivo. A medida que avanza, se suman otros instrumentos gradualmente, creando un crescendo que culmina en un extenso estribillo coral. Este estribillo, marcado por la repetición del "na na na" durante varios minutos, no es solo un recurso rítmico, sino también un ejercicio de catarsis colectiva. La progresión armónica, acompañada de una orquestación sutil, refuerza la transición de la melancolía a un sentimiento de optimismo y unión. Esta mezcla de elementos permite que la canción se convierta en un himno universal, capaz de tocar el corazón de cada oyente.
The Beatles grabaron en los estudios EMI veinticinco tomas de Hey Jude en las noches del 29 y 30 de julio de 1968. Sin embargo, la mayoría fueron ensayos, ya que decidieron grabar la toma principal en los Trident Studios para usar su equipo de grabación de ocho pistas (en ese tiempo, los EMI Studios aún eran de cuatro pistas). Un ensayo del 29 de julio se puede hallar en el CD de Anthology 3. La pista de ritmo maestra se grabó el 31 de julio en Trident. Se grabaron cuatro tomas y se eligió la primera. La canción se completó el 1 de agosto con grabaciones extras, incluyendo una orquesta de 36 músicos para la larga coda de la canción, bajo la dirección de George Martin. La orquesta estaba formada por diez violines, tres violas, tres violonchelos, dos flautas, un contrafagot, un fagot, dos clarinetes, un clarinete contrabajo, cuatro trompetas, cuatro trombones, dos trompas, percusión, cuerda y dos bajos. Mientras grababan los coros, The Beatles pidieron a los miembros de la orquesta si podían aplaudir y cantar el estribillo mientras la coda de la canción seguía. La mayoría accedió (por el doble de salario), pero uno se negó, diciendo:
¡Yo no daré palmadas y no cantaré la bendita canción de Paul McCartney!
Ringo Starr casi pierde la señal para empezar a tocar la batería. Se fue al baño (sin que los otros Beatles se dieran cuenta) y comenzaron a grabar, el baño estaba a unos pocos metros de su puesto de batería, y Hey Jude continuó por horas antes de que la batería empezara
En el minuto 2:58 de la canción, se puede escuchar a McCartney diciendo "Oh, ¡maldita sea!". Según los ingenieros de sonido Ken Scott y Geoff Emerick, fue idea de Lennon dejar el error en la edición final George Harrison y McCartney tuvieron un desacuerdo sobre la canción; según McCartney, durante el ensayo Harrison tocaba una respuesta a cada línea de la parte vocal. Esto no coincidía con la idea del arreglo de la canción hecha por McCartney, por lo que lo bloqueó.
En resumen, Hey Jude va más allá de ser una simple canción pop. Su mensaje de consuelo y esperanza, junto con una estructura musical innovadora que acompaña y refuerza el viaje emocional del oyente, la hacen un himno duradero. La combinación de letras significativas, una melodía envolvente y la capacidad de generar una experiencia colectiva hacen de esta obra un claro ejemplo del poder transformador de la música en momentos difíciles.
Lesli Arciniegas Colmenares*
Estudiante de Finanzas
Universidad Santo Tomás
Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.
ARTE-FACTO. Revista de Estudiantes de Humanidades ISSN 2619-421X (en línea), enero-abril de 2025 No. 32