Somos Pacífico, somos Colombia, somos calentura

Jenny Marcela Rodríguez*

SOMOS CALENTURA nos recuerda cómo la diversidad cultural nos enriquece a través de la población, de la música, del canto, de la belleza, de una historia común vivida de muchos modos. Esta es una historia de héroes, que tienen la música y el baile como medio para romper las cadenas que tristemente se renuevan, los ritmos se tornan tanto en la película como en la “vida real” del colombiano la forma de canalizar frustraciones, dolores, pesares, el baile es la catarsis y el desahogo que permiten seguir adelante.

En abril de este año, cuando abrí mi correo me topé con un mensaje en el que se presentaba tráiler e información de SOMOS CALENTURA "es una historia que combina los sonidos del Pacífico colombiano con el Hip-hop, evidenciando la fuerza y el talento de los jóvenes de Buenaventura, una región que durante décadas ha sigo estigmatizada por la violencia, pero que también es reconocida por la alegría y esperanza de sus habitantes que llenan con su entusiasmo cualquier escenario", efectivamente el tráiler estaba cargado de música de esa que alegra el alma, de baile que estremece el cuerpo, pero también se asomaban tímidamente escenas de violencia algunas más explicitas que otras.

¿Este es el pacífico “real”?, tristemente desde la fría capital muchos no nos podemos dar cuenta de ese territorio, se oculta a nosotros ante un velo rojo y gris, rojo por las noticias de muerte en “casas de pique”, gris por el olvido.

SOMOS CALENTURA devela esa cara de una Buenaventura que a pesar de lo duras de las circunstancias sigue allí, en pie de lucha; donde los beats del hip-hop, de la salsa choke se entremezclan con el sonido de la marimba de chonta “el piano del pacífico colombiano”. Entonces los ritmos y el baile son la primera invitación que se recibe, pero la película sorprende, es puro sentimiento, los protagonistas se enfrentan a circunstancias que no pueden cambiar, lo saben, pero las abordan sin temor, con la seguridad de dar lo mejor, de que juntos podrán salir adelante, haciéndole frente a la adversidad, y allí es donde el baile, la música, se vuelven fuerza y arma para combatir, lo que no significa salir triunfantes.

Su productor y coguionista Steven Grisales señala que el proyecto que llevó más de cinco años en ver la luz, gracias al Estímulo Integral para la Producción, Promoción y Distribución, FDC, 2013 y a pesar de la discriminación y el racismo con el que se encontraron en el camino.

Jorge Navas director de La sangre y la lluvia (2009) señala que SOMOS CALENTURA “es una mezcla entre alegría, arrechera, violencia, calor, una mezcla de elementos que en parte son el Pacifico colombiano y lo que es Colombia también. La película es un retrato de la Buenaventura más profunda, pero no estigmatizando, no enfocándose en la violencia sino en la música y en el baile original que han nacido en el Pacífico, nosotros estamos con la mirada puesta en  los jóvenes que en medio de las dificultades están creando una estética muy poderosa que es la que estamos mostrando en la película”

Los protagonistas revelan en su rostro la fuerza de sus corazones, el enojo, la alegría, la tristeza, la sabrosura pero sobretodo la lucha de una comunidad que ha sido azotada, olvidada y ahí están. Justamente su música es una protesta desde la alegría.

SOMOS CALENTURA cuenta con seis personajes principales: Duván Arizala, José Luis Paz (“Siembra”), Miguel Ángel Micolta, Manuel Riascos (“Manos sucias”), Julio Valencia (“El páramo”, “La sangre y la lluvia”) y Heidy Mina., producida por Steven Grisales (productor de “El páramo”). Es una de las primeras películas beneficiarias de la convocatoria Estímulo Integral del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico (FDC) en el año 2014 y para su finalización recibió en 2017 el Premio NMF y Color Front y el Premio HD Argentina en la sección Primer Corte de Ventana Sur.

También participan 22 personajes secundarios, 45 bailarines urbanos, 60 personajes figurantes y 1.800 extras. En ella, se pueden apreciar diferentes géneros musicales y bailes, arraigados en esta región del país, como salsa choke, exótico, paso e perra, hip-hop y krump, entre otros.

La película cuenta con la producción de Mon Amour y la coproducción con Magma Cine de Argentina, AG Studios y Rhayuela Cine de Colombia, con el apoyo de Proimágenes Colombia, Caracol Cine, Cine Colombia, Revista Shock, Bad Boy Billy Productions (U.S.A), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y Kosmology.

Jenny Marcela Rodríguez*

Docente del Departamento de Humanidades y Formación Integral

Universidad Santo Tomás

Editora de ARTE-FACTO

 

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.

ARTE-FACTO. Revista de Estudiantes de Humanidades

ISNN 2619-421X (en línea) julio de 2018 No. 7

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