¡Soy un ser humano!

Laura Valentina Chivata Quintero*

¿Quién podría pensar en la existencia de una leprosería? En un lugar metonímico de la enfermedad a la cual hace alusión, Beshay fue curado, creció, se casó, obtuvo a su asno y conoció al pequeño Obama. Todos estos elementos se juntan para acompañar como espectadores una aventura que reúne el pasado ignoto de Beshay. Pretérito que se convierte en el objetivo de conocer a sus parientes después del sinsabor del luto producto del fallecimiento de su esposa que había sido internada en un centro psiquiátrico al que Beshay asiste a visitarla con la esperanza de su recuperación, ilusión que mantiene hasta que recibe la noticia de su perecimiento.

Yomeddine o Un viaje al cielo, como se titula en nuestro país, es una película producida en la tierra de las esfinges y pirámides, del Nobel de literatura Naguib Mahfuz. A través de una producción fascinante, Egipto se convierte en el escenario de una odisea de tres; Harby, Obama y Beshay. Este periplo narraría la búsqueda del leproso por una inquietud y sentimiento arraigado a una palabra: familia. A raíz de la muerte de su esposa y el encuentro con la madre de ella, el protagonista de esta historia se encauza en el desconocimiento y abandono de su familia. Es así que este personaje emprende una odisea en la que lo acompañarán Obama, un pequeño huérfano que le ayuda en el oficio del reciclaje, Harby, su asno, y una serie de personajes que le dan visibilidad a quienes sufren las consecuencias del ser diferente en el país africano.

Este filme no se trata únicamente del entretenimiento que produce el transcurrir de este recorrido, de su calidad de producción, los planos, los paisajes y la banda sonora denotando el ritmo árabe; en esta producción también se plasma la reflexión acerca de lo que significa ser humano, trascendiendo el plano de ser persona. Etimológicamente,persona se trataría de aquel que se enmascara para actuar en este teatro llamado vida, sin embargo, la dimensión humana comprende lo que hay detrás de aquella máscara, del sombrero con velo ideado por Obama y cuyo portador resultará ser Beshay sería un símbolo de esto. El objetivo del bricolaje es evitar la discriminación continua al lucir diferente a causa de las cicatrices secuelas de la lepra; ¡Soy un ser humano! gritó Beshay al agobiarse ante la marginación a la que se veía constantemente sometido.

La amistad que está estrechamente ligada al concepto de familia entre Obama y Beshay, también es objeto de reflexión. Al compartir su situación de desamparo, deciden acompañarse durante este viaje y unir su vínculo de manera tal que podrían aparentar y representar ser padre e hijo a través de acciones que reflejarán el amor recíproco y la bondad hacia el otro; por supuesto también Harby hará parte de este hogar sin ADN compatible. La búsqueda de la proveniencia, del significado del vínculo genealógico hace que tanto Beshay como Obama encuentren los rastros de su origen y entiendan el presente que los construyó no como personas, sino como seres humanos.

En este marco, la película que sensibilizará a los espectadores, dirigida por A.B Shawky, producida por Egipto, Estados Unidos y Austria, ganadora del Premio Francois Chalais del Festival de Cannes (2018) estará disponible al público colombiano a partir del 03 de octubre en las salas de cine del país.

Laura Valentina Chivata Quintero*
Estudiante de Licenciatura en Filosofía y Letras
Universidad Santo Tomás

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.
ARTE-FACTO Revista de Estudiantes de Humanidades. ISSN 2619-421X (en línea) octubre de 2019 No. 12

 

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