Tatiana Jiménez Junca*
La humanidad ha tenido que enfrentar sus propios temores, el horror hacia la inmanencia de la naturaleza que la cobija pero que la pone en cuestión al ofrecer un límite en la existencia; pues el sol tiene un tiempo de vida y el ser humano lo sabe, tal anhelo de querer la eternidad como especie se ensucia con lo decadente y con la capacidad de autodestrucción que la humanidad tiene sobre sí misma y para su propia especie. Esta película remite a ese llamado de conciencia plena, necesaria para el entorno y para la vida misma. La sobrepoblación va en aumento y esto implica a futuro una mayor decadencia en la calidad de vida, pues no se sabe si los recursos naturales darán abasto, por lo tanto es necesario decir que es evidente que existe inconsciencia a nivel colectivo, como especie que no sabe comportarse políticamente ni administrativamente en el lugar que habita.
La herencia de dolor e injusticia cometida en demás seres y en la naturaleza misma, refleja la irresponsabilidad incurrida a causa de la satisfacción de comodidades que generan un impacto negativo, estas ventajas obtenidas sobre la naturaleza ahora se invierten, pues la capa de ozono ya no protege de los degenerativos rayos solares provenientes del espacio, a la naturaleza se le ha tornado ofensiva y corrompida para su mismo consumo, aún existen alternativas que pueden hacer emerger y perdurar en alguna medida la pervivencia digna en el sistema de producción humano. De esta forma se espera que lo que devenga para la sociedad en un futuro cercano sea algo mágico, una pervivencia equilibrada y armónica que remita a aquel paraíso del que el mismo humano con su imperfección se ha expulsado. Por ello es muy importante hacer referencia a la benevolencia, sensibilidad e inteligencia de F, quien sabe habitar el frágil ecosistema, sin evitar sentirse exasperado por la precariedad que el sistema actual de producción le genera.
Tal aclamación de F por un estado de conciencia distinto llega directo a cada espectador, para que en su mismo interior transforme su codicia en tranquilidad, su orgullo en autoestima, para que en cada uno reine el sentir poético y silvestre de la vida dejando el lado opaco, negativo y corrosivo que contamina y permea los entornos, donde el deseo por el poder y la necesidad se transforme en plena seguridad y gozo por la existencia, fundamentada en la complejidad pero al mismo tiempo la simplicidad que soporta la colmada sabiduría, también en la práctica de De esta manera el sufrimiento será algo que se aminore a su máxima expresión, en la aceptación de sencillez de la vida, pero llevada a la complejidad solo si se quiere observar la eternidad de la raza humana sobre todo lo existente, aceptando lo natural por que es lo que colma toda la expresión de vida. De esta manera el paraíso buscado por siglos puede encontrarse en un grado superior de entendimiento y de abolición de necedades por parte de toda una comunidad federalista mundial, comprendida por diferentes actores en la laboriosidad de lo matérico o lo existente, que en palabras más concretas, sería en poder ver a diario como los policías acatan las normas de sus directores al hacer multas por emisión de gases, pues realmente el Senado no se está poniendo al tanto con el cuidado ambiental, así mismo a los habitantes de las ciudades y demás zonas el exigir que se cambien las leyes y que el consumo de cigarrillo sea ilegal, pues es un vicio innecesario y a los dirigentes por los menos de este país y territorio tropical del mundo, poco les importa sobre las colillas emitidas por millones de habitantes fumadores irresponsables, entonces si el mismo pueblo no exige apropiar las normas y leyes para una convivencia inteligente con el entorno, solo se puede esperar la completa indignidad, corrupción, perversión y libertinaje para la sociedad del futuro.
Esta película al ser un llamado de atención sobre una conciencia necesaria para la actualidad, se aleja del surrealismo pop, incluso puede llegar a ser su opuesto, pues pretende mostrar aquel estado de reinserción y reivindicación sobre la vida misma, a diferencia de artistas pictóricos como Marck Ryden, Chris Mars, Alex Cross o Xiaoging Ding, que presentan el lado oscuro y negativo de la actual coexistencia humana. De hecho mediante el film se plantea un reto ante tales aspectos decadentes que puedan existir, habitar en cada uno de los espectadores, cuestionando el origen personal, colectivo o cultural del pecado, de aquel estado deplorable del ser humano que puede surgir en una inmediatez de un desliz ético y moral. Recordándonos a Tarkovski, nos sugiere la superación de toda falencia, de toda imperfección para permanecer en un estado de armonía, bajo el lema de: el amor todo lo puede, teniendo como referente los escritos bíblicos.
Bajo la interpretación personal de quien escribe este texto, quedan dudas sobre el verdadero significado de las figuras colgadas en la pared de la habitación de F, inmediatamente pueden referenciar a figuras de la alquimia, que a lo mejor F posee en un ligero conocimiento. También la reflexión sobre cómo en la actualidad debido a esa inestabilidad que la película referencia, puede llegar a ser imposible para muchos la realización de sus sueños; de poder encontrarse en un estado de abundancia y armonía ideales para su propia existencia, pero sin eludir por completo el valor de la dificultad; por lo tanto esta película es un buen referente como punto de partida para la actual sociedad, que pretende subsistir a sí misma y a sus errores, generando una reflexión muy pertinente para todos, y también para quienes se sientan identificados con el personaje: Enid de la película: Mundo Fantasma de Terry Zwigoff.
Tatiana Jiménez Junca*
Estudiante de Licenciatura en artes pláticas
Facultad de Educación
Universidad Santo Tomás- VUAD
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ARTE-FACTO Revista de Estudiantes de Humanidades. ISSN 2619-421X (en línea) octubre de 2021 No. 20