La educación como modelo de desarrollo humano, social y medio de liberación del ser humano en su aspecto material y espiritual

Juan Sebastián Aguirre Caviedes *

Este texto trata de la educación describiendo cómo los modelos educativos la han guiado, y cuál es verdaderamente su concepción para servir de medio de liberación del hombre en su aspecto material y espiritual. Inicialmente, se presentarán algunas definiciones del concepto de educación para abordarlas en un sentido de empoderamiento individual con aportes de autores como Paulo Freire entre otros. En segundo lugar, se concebirá a la educación como medio de Desarrollo Humano, enfocándola hacia un sentido social, es decir, la influencia del desarrollo del individuo en el entorno social. Por último, se dará énfasis a la función de la educación en los espacios actuales desde una posición reflexiva.

El modelo educativo impartido en los países latinoamericanos, y especialmente el de Colombia, ha creado en nosotros formas de pensar acerca de la utilidad de la educación. Algunos en términos utilitaristas y materiales, opinan que es una herramienta para alcanzar objetivos puramente económicos, otros, que es un privilegio de algunos sectores sociales que tienen las condiciones económicas para costear una educación de calidad, que se convierte en medio de dominación, debido a que el conocimiento es arma de pocos con la cual detentan el poder, y otros, en términos integrales de Desarrollo Humano, entendemos la educación como medio para que el individuo cualquiera sea su condición económica, social, étnica, política, de género, etc., pueda desarrollar sus facultades y aptitudes para la vida, y, emancipado, pueda aportar al entorno donde cohabita. Ahora bien, el propósito de este escrito es sustentar, con argumentos de autores como Paulo Freire, Julio Barreiro, Vicente Portilla, Berenice Noriega, Margarita Álvarez y Marinela Maldonado entre otros, que a diferencia del falso uso de la educación en la praxis de los países latinoamericanos, guiada a partir de modelos educativos burocráticos, utilitaristas, sectarios e ineficientes que se prestan a la manipulación del educando sin crear sentido crítico de la realidad, su verdadero concepto y fin se basa en el Desarrollo Humano1, a través del cual el ser humano se libera y empodera tanto material como espiritualmente, llegando a transformar su contexto al convertirse en sujeto activo, y no en objeto pasivo alienado.

Algunos autores definieron la educación desde diferentes puntos de vista en determinados contextos. Para Aristóteles, "La educación consiste en dirigir los sentimientos de placer y dolor hacia el orden ético". Para Coppermannc "La educación es una acción producida según las exigencias de la sociedad, inspiradora y modelo, con el propósito de formar a individuos de acuerdo con su ideal del `hombre en sí”.  Y, Según Kant, "La educación tiene por fin el desarrollo en el hombre de toda la perfección que su naturaleza lleva consigo". (Wordpress, 2009, 1,3). Teniendo en cuenta estas concepciones, se cuestiona aquí cuál de éstas presenta una definición coherente y apropiada del concepto de educación, y, se tiene que la interpretación de Kant, es la que más se acerca a lo que es el fin de la verdadera educación, lo que aquí se quiere dar entender sobre ésta, aunque falte complementarla un poco más.

Según el pedagogo brasilero y experto en temas de educación Paulo Freire (Citado en Barreiro, 1979), la educación verdadera es “praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo” (7). Julio Barriero (1979), que interpreta a Freire, dice que, es verdad en él que “la educación es un acto de amor, de coraje; es una práctica de la libertad dirigida hacia la realidad, a la que no teme; más bien busca transformarla, por solidaridad, por espíritu fraternal” (9). La educación es un proceso constante, siempre está en nuestra vida. Cada día que tenemos la oportunidad de estar vivos, y recorrer nuestro entorno, aprendemos de diversas situaciones que nos generan conocimientos que se convierten en experiencias. Aprendemos de todo lo que nos rodea, de la sociedad, de nuestros seres cercanos, de la naturaleza, etc., a través de los sentidos, de las percepciones e interpretaciones. Por esto, se hace fundamental que los modelos educativos que imperan en los países latinoamericanos tengan en cuenta la diversidad de hechos que se presentan en la sociedad, en la vida de las personas, y que así, la educación impartida ayude a la toma de conciencia social con el objetivo de guiar hacia el Desarrollo Humano, con sentido crítico de la realidad para transformarla, siendo los hombres no solo espectadores sino actores y autores de ésta. Paulo Freire (1979) nos dice:

En el acto de el hombre discernir por qué existe y no solo por qué vive se halla la raíz del descubrimiento de su temporalidad, que comienza precisamente cuando, traspasando el tiempo en cierta forma entonces unidimensional, comprende el ayer, reconoce el hoy y descubre el mañana. Solo un hombre que ha llegado hasta cierto punto de instrucción es capaz de descubrir esto plenamente y hacer algo al respecto. (29-30)

El ser humano es social, tiene que necesariamente vivir en sociedad para poder subsistir, por eso, la educación es un proceso constante de diálogo, comunicación con otros hombres. No sería posible la vida civilizada sin ciudadanos instruidos que garanticen  la existencia pacífica y el progreso del Estado. Por ello, según lo expresa Portilla (2001) “la finalidad última de la educación permanente es promover el desarrollo humano en toda su extensión, es decir, el crecimiento global de la persona, porque solo de él va a ser posible disfrutar de una vida de calidad” (43).  De esta manera, de una educación permanente dependerá el Desarrollo Humano y liberación del individuo, como de la sociedad, en su aspecto material y espiritual para transformar la realidad.

Es este sentido, se hace necesario como estudiantes universitarios, ser conscientes de los retos que representa hoy en día la educación, reflexionemos y actuemos de acuerdo a un ideal de libertad, teniendo en cuenta que la educación no es un privilegio de algunos, sino derecho fundamental y básico de todos los hombres. Según Álvarez y Maldonado (2007):

La universidad está todavía en camino hacia la construcción de un proceso de enseñanza–aprendizaje–desarrollo, que posibilite la formación de individuos profesionales idóneos y competentes en un contexto social, económico y cultural en constante cambio. Como un intento de superar este estado y de lograr aprendizajes significativos en los alumnos, es necesario adoptar una educación alternativa a los modelos actuales. (1)

Analizando nuestro contexto, la educación guiada al Desarrollo Humano está distanciada de los modelos educativos en muchos países de Latinoamérica y especialmente Colombia, ya que no permite al individuo desarrollar sus facultades y aptitudes para transformar su entorno y emanciparse, encontrándose con un modelo que lo guía hacia fines determinados y retrasa el progreso del continente y el país. Como se ha mencionado, la educación es un proceso social e individual que debe llevar al Desarrollo Humano, en latinoamérica y Colombia particularmente, el sistema educativo manejado en escuelas, colegios y universidades oficiales, no cumple esta función esencial de la educación que lleve a la liberación del hombre y progreso social, al estar sometida a fuerzas cuyo interés básico es la alienación del hombre y el mantenimiento de ésta.

De modo que, en nuestros días, se hace fundamental que busquemos una educación autodidacta con enfoque social, es decir, una heteroeducación como proceso  de autoformación, por vías que dirijan hacia la conciencia de sí mismo, reconociendo que vivimos en un entorno social, político económico y natural que guía nuestro intelecto y que nos  exige como responsabilidad mejorarlo y transformarlo de las prácticas de dominación que predominan, para poder ganar un nuevo hombre, una nueva sociedad y un nuevo mañana, pasando de una conciencia ingenua, a una conciencia crítica y de ésta a una conciencia política, convirtiéndonos en concienciadores, teniendo claro, como lo dijo (Barreiro, 1979 p, 19), que “Concienciar” no es sinónimo de “ideologizar”. Finalmente, lo que se quiere transmitir es que, facilitar desde fuera instrumentos válidos que posibiliten la posterior autoeducación del hombre, llevándolo a ser dueño de su propio destino transformando su realidad, es una meta educativa necesaria y fundamental en este contexto Latinoamericano y colombiano, teniendo en cuenta la frase de Maurice Debesse "la educación no crea al hombre, lo ayuda a crearse a sí mismo". (Citado en Noriega, 2015)

BIBLIOGRAFÍA

Álvarez, M, M., & Maldonado, M. (2007). Educación Alternativa: Una propuesta de Prácticas y Evaluación de Aprendizajes. 15 de noviembre del 2017, de Revista Electrónica de Tecnología Educativa Sitio web: http://www.edutec.es/revista/index.php/edutec-e/article/view/487/222 
Barreiro, Julio. (1979). Educación y Concienciación. En Paulo Freire, (25ª Edición) La Educación como Práctica de la Libertad (p. 7-19). México: Siglo XXI Editores, s.a. en coedición con Tierra Nueva.
Ciurana, Emilio, R. (2002). Educación y Desarrollo Humano. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=743582 
Freire, Paulo. (1979). La Educación como Práctica de la Libertad. (25ª Edición) México: Siglo XXI Editores, s.a. en coedición con Tierra Nueva.
Noriega, G, Berenice. (2015). La Educación no crea al hombre le ayuda a crearse a sí mismo. Wordpress.com. Sitio web: https://bereniceunadm.wordpress.com/2015/05/21/hola-mundo/ 
Portilla, Vicente. M. (2001). Educación Permanente y Calidad de Vida. 15 de noviembre del 2017, de Universidad de Valladolid Sitio web: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=743584 
Wordpress. (2009). Concepto de Educación. Pochicasta.files.wordpress. Sitio web: https://pochicasta.files.wordpress.com/2009/10/concepto-educar.pdf 

NOTAS

[1] El Desarrollo Humano es un paradigma de desarrollo que va mucho más allá del aumento o la disminución de los ingresos de un país. Comprende la creación de un entorno en el que las personas puedan desarrollar su máximo potencial y llevar adelante una vida productiva y creativa de acuerdo con sus necesidades e intereses. Las personas son la verdadera riqueza de las naciones. (PNUD - Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo)

Juan Sebastián Aguirre Caviedes*

Estudiante de Gobierno y Relaciones Internacionales

Universidad Santo Tomás

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.

ARTE-FACTO. Revista de Estudiantes de Humanidades

ISSN 2619-421X (en línea) julio de 2018 No. 7

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