Lenguaje, pensamiento e identidad

Sofía Díaz Rico*

Históricamente el hombre ha estado en una constante búsqueda de identidad, este ejercicio se construye desde las representaciones y la relación que genera con su contexto, es así que los procesos neuropsicosociales le permiten tomar lo significativo de sí mismo y de los demás, para edificar su propia identidad (Maldonado Ruiz, 2018).

En la llamada posmodernidad, el sujeto abre una multiplicidad de identidades. Estas, están en continuo intercambio, enriquecimiento mutuo e interacción. Pero indistintamente, se puede asegurar que el lenguaje en cualquier época ha sido poder, variable pero inherente y necesario para la construcción de la identidad.

Resulta determinante para el “yo”, encontrar en el otro una forma de organizar y significar su propia existencia. Por esta razón, la idea que hay del otro hace parte del universo propio (Maldonado Ruiz, 2018). De esta forma, las interpretaciones que se hacen del otro y los significados que surgen de lo anterior, permiten al ser humano construir y reconfigurar su idea de sociedad. El otro, manifiesta unas expresiones que lo identifican dentro de la colectividad. Ello, se evidencia en la forma de relacionarse, la manera en que camina o el lenguaje que utiliza. Son estos algunos elementos que determinan la creación de identidad frente al mundo.

En esta vía, el presente estudio se ocupa del lenguaje entendiéndolo como una herramienta que utiliza el hombre para crear conceptos, interpretaciones y etiquetas de las personas según los imaginarios desde los cuales la conciencia les permite apropiar, moverse y relacionarse con el mundo (Maldonado Ruiz, 2018).

Gracias al lenguaje se puede orientar el propio pensamiento e influenciar el de los demás. A través de este, se crean las condiciones para identificar a las personas, y para reconocerse a sí mismo a partir del concepto que crean los demás.

Ahora bien, en el universo de la identidad, cabe identificar sus etapas; que a grandes rasgos se relacionan con la niñez, la adolescencia y la adultez. Es así, que para la presente investigación el objeto de estudio se centra en el adulto joven entre los dieciocho a veintiún años, que está en el proceso de construcción de su identidad a partir de la interpretación del mundo (Eddy Ives, 2014).

El camino que recorre el hombre para reconocerse ha cobrado un nuevo ímpetu dentro de los debates actuales sobre la persona. Esto, implica seguir ahondando en las formas como los humanos pueden adquirir una visión de mundo desde el análisis del lenguaje, que permite tener un esbozo de su propia identidad. Con este precedente será entonces apreciable determinar: qué interpretaciones, estructuras y concepciones mentales hacen los estudiantes tomasinos del lenguaje de los otros dentro de la universidad para configurar su propia versión de mundo.

El planteamiento de la presente investigación parte de la idea de que el lenguaje construye y fabrica la realidad, pero además, permite ordenar la realidad existente, determinando el pensamiento de una persona y su propia identidad. De esta forma, los estudiantes crearan conceptos, pondrán etiquetas, clasificaran, concluirán a partir de las expresiones de los demás y en definitiva configuraran su versión de mundo desde el análisis que realizan del lenguaje de la población tomasina con la que comparten. En la misma vía, implica que el estudiante descifra cualquier expresión kinésica, proxémica o paralingüística que usa el otro. Por lo anterior, el joven universitario crea interpretaciones o etiquetas que le ayuda a jerarquizar su mundo. Además, detrás de este objetivo general, la investigación pretende entender teóricamente como el lenguaje permite que la persona estructure su mundo y su pensamiento. Así mismo, analizar la forma como el estudiante estructura su mundo a partir del lenguaje. Consecuentemente, el objeto y sujeto de estudio serán abordados desde un enfoque cualitativo. Así pues con la realización 125 encuestas a diversos estudiantes, se pretende dar respuesta a la relación existente entre lenguaje, pensamiento y la construcción de identidad. Para lograr este cometido, la investigación trascurrirá por varios momentos clave: inicialmente con el abordaje teórico; posteriormente la presentación de los datos recolectados, el análisis de la información recogida y finalmente la exposición de las conclusiones obtenidas.

Los estudios sobre el lenguaje como herramienta para construir identidad.

En la academia han abordado este estudio desde el construccionismo social, en este se entiende que son los individuos quienes, al compartir y socializar estos signos y significados, van construyendo, de manera conjunta y colectiva dicha identidad.

Así pues en México Salvador Martínez se acoge a esta corriente, centrándose en el estudio del lenguaje como dispositivo regulador de la identidad en las organizaciones. En esta, además, la identidad es vista a través de la acción del lenguaje de sus miembros (Aguilar Martínez, 2013).

Igualmente, en la Universidad de Girona ha sido estudiado el papel de la lengua en la construcción narrativa de la identidad desde diferentes historias de vida, teniendo en cuenta tres grandes papeles de la lengua o usos frecuentes de la misma en función de las necesidades individuales o colectivas a las que responde. Entonces, uno de los papeles de la lengua identificados en la investigación, revela la necesidad que tiene el ser humano de dar sentido y significado a la vida, por otro lado la lengua permite que el ser humano ordene diversas partes de su mundo y finalmente el hombre que logra dar sentido a su existencia dentro de la llamada globalización (Moisès Esteban, María Nadal, & Vila, 2007).

Adicionalmente, innumerables estudios muestran que la construcción de la identidad y de la personalidad de los individuos parte del lenguaje, pues éste condiciona el pensamiento, los procesos comunicacionales de orden social y cultural. En estos estudios se descubre que tanto en la realidad subjetiva como la que está por fuera de los individuos, solo tiene un significado concreto y real cuando es abstraída y atraída por el lenguaje.

En esta misma línea, Borjas (2007) en su reflexión sobre la relación entre pensamiento y lenguaje, esclarece que tanto al hablar como al escuchar, al leer o al escribir, la persona está continuamente realizando procesos de significación, que implican inferencia y tienen un carácter hipotético e interpretativo. Además este estudio teórico, basado en la perspectiva de E. Norbert, argumenta que las formas de pensar y percibir el mundo están determinadas por los lenguajes que son socialmente regularizados (Borjas, 2007).

Los estudios sobre el lenguaje y su influencia en el pensamiento

Según Whorf (1975) existe relación entre el lenguaje que una persona utiliza, y la forma en que percibe el mundo. Esta era la hipótesis de Whorf. Él se basó en los estudios que había realizado E. Sapir, a quien no le convencía que el mundo solo tuviera unas categorías posibles. Desde esta premisa, Whorf asume que si una palabra no existe en un idioma, los hablantes de ese idioma son incapaces de concebir ese concepto. Esto, fue comprobado en 1956, se estudió a los indios Zuni, de Nuevo México, quienes no tienen una palabra que diferencie el amarillo del anaranjado, y por otro lado los angloparlantes y los bilingües inglés-zuni (Whorf citado por Lopez, 2016).

Los investigadores entregaron un trozo de madera amarillo y el otro anaranjado, y se les pidió que escogieran uno. Los zuni se demoraron mucho más en señalar qué madera escogieron, comparados con los angloparlantes y los bilingües inglés-zuni (Lopez, 2016).

Después de este estudio, aunque se generan innumerables críticas, llegan a la conclusión de que a pesar de la existencia de un lenguaje universal, el pensamiento no es universal. Por ello las variaciones en el lenguaje tienen sentido, pues son el reflejo de las visiones de mundo.

Un acercamiento teórico

En primer lugar, el lenguaje, como se expuso al principio, debe ser visto como una herramienta para el pensamiento y la construcción de identidad. Teóricamente, el lenguaje como elemento determinante para el pensamiento se planteó en un principio desde el “realismo lingüístico”. Esta corriente sostiene que el lenguaje determina, predetermina y orienta la forma de ver el mundo (Bruner citado por Borjas, 2007). En este caso el pensamiento depende completamente del lenguaje. Según este enfoque sólo se puede percibir lo que es real a través de la lengua. En su obra clásica, “Lenguaje, pensamiento y realidad”, Benjamín Whorf afirma: “Vemos, oímos, percibimos el mundo en gran parte de tal o cual manera porque los hábitos lingüísticos de nuestra comunidad nos predisponen a determinadas opciones de nuestras interpretaciones”.

No obstante, esta idea principal es moldeada por Bruner (2003), quien efectivamente asegura que hay una relación entre las estructuras lingüísticas y las conceptuales, pero hace una salvedad a la teoría de Whorf, pues la relación lenguaje pensamiento no depende de la riqueza de vocabulario con que puede contar una persona, sino de la existencia de grandes etiquetas y categorías que reúnan varios conceptos. Bruner desarrolla la idea de que el lenguaje se convierte realmente en un instrumento del pensamiento si se le organiza de forma jerárquica. Para él el rol del lenguaje está relacionado con las capacidades conceptuales, estas tienen que ver con la organización de las palabras y la inclusión de etiquetas verbales en frases completas (Bruner citado por Borjas, 2007).

Desde este mismo enfoque, el lingüista G. Mounin (1979) también reconoce la dificultad de separar el pensamiento y el lenguaje. Desde su planteamiento el lenguaje contiene y traduce el pensamiento. Es así, que se asegura que el pensamiento necesita del lenguaje porque toda estructura cognoscitiva es una situación simbólica que puede ser manifestada por signos (Mounin, 1979).

Igualmente, es importante esclarecer que se entiende por identidad, que de manera general puede decirse que son todas aquellas características que posee un individuo, mediante las cuales es conocido. Esto, teniendo en cuenta que la identidad personal se forja a partir de las interacciones sociales que comienzan con los núcleos más allegados. De esta manera, la identidad es una construcción (Paramo, 2008).

Con esta premisa, se toma el concepto de C. Taylor (2006), que propone la noción de identidad moderna. El filósofo enfoca su análisis, reflexión y discusión sobre identidad desde la construcción social. Es decir, es un concepto que parte de los vínculos que se crean con el otro y de las narrativas creadas alrededor de lo que se es. Así, la identidad se considera como una narración social. Para Taylor el hombre no decide o no elige las fuentes de su identidad, sino que la construye a partir de la relación social y política con los otros significantes (Taylor, 2006)

Taylor (2006), plantea diversas bases para explicar su teoría, una de ellas la ontológica, en la que se concibe a los seres humanos como animales que se autointerpretan; por otro lado la base social o cultural en la que se observa la injerencia innegable que causan los otros y el contexto de la comunidad en cada persona. También, dentro de su planteamiento, asegura que tanto lo ontológico y social tiene a su vez base fundamental en el lenguaje. Taylor en Zárate concluye que la identidad es una narrativa de quien se es dentro del mundo (Zárate Ortiz, 2014).

Finalmente es importante, esclarecer la concepción de pensamiento, que implica entenderlo como una construcción que hace el sujeto con los elementos que le brinda su entorno y el otro. Vygotsk (2003) plantea que los procesos psicológicos superiores, como el pensamiento, se encuentran mediados por las herramientas e instrumentos creados socialmente, pero además el pensamiento es producto de la actividad humana a lo largo de su historia. Este enfoque es el que se extiende en la escuela socio-histórica. Dentro de esta corriente se sostiene que los hombres construyen su propia realidad accediendo con trabas o ampliamente al lenguaje y a los discursos. Es así, que este pensador sostiene que el pensamiento tiene su origen en la cultura y no en las personas (Vygotsky , 2003).

Por otro lado, se encuentra la propuesta de M. Bajtín (2011) y su escuela, que pone especial énfasis en el lenguaje y el diálogo como vehículos que permiten dar cuenta del pensamiento, de la conciencia y de la sociedad (Bajtin, 2011).

Los estudiantes de la Universidad Santo Tomás y el lenguaje

Fuente: elaboración propia a partir de los datos obtenidos en las encuesta

De acuerdo con los objetivos, la investigación tiene en cuenta la conceptualización que los estudiantes generan entorno al lenguaje. Así, el 62,4%, lo conceptualiza como un conjunto de expresiones verbales y no verbales. En contraste, el 37,6% de la población entiende por lenguaje las expresiones no verbales del mismo. Lo anterior, permite observar en términos generales, que la conceptualización que el hombre le da al lenguaje es compleja e implica una conjunción y convergencia entre distintos elementos, lo que significa que este concepto abarca una gran parte del mundo que circunda al hombre.

La construcción de mundo a partir del lenguaje

Fuente: elaboración propia a partir de los datos obtenidos en las encuesta

En relación a lo anterior, tiene sentido afirmar que el lenguaje condiciona la forma en que los estudiantes estructuran su realidad. Por ello, para este punto se tiene en cuenta los procesos mentales que genera el individuo con respecto al lenguaje de los demás para jerarquizar su realidad. Así, un 95.2%, de la población crea diferentes tipos de organización mental, como las etiquetas, clasificaciones, la formación de grupos o la comparación entre la característica del otro con respecto a las características personales a partir del lenguaje usado por los demás. Ahora bien, depurando dicha cifra, hay un 13,6% de la población que únicamente crea etiquetas para facilitar la comprensión de su mundo y realidad y a su vez un 20% que clasifica y crea grupos a partir de la información que obtiene del lenguaje del otro y finalmente un 18,4%, que identifica ciertas características que le permite aprobar cierto lenguaje y por tanto acoge dicha realidad dentro de su mundo. En contraste, frente a dicha población, el 4,8% de los estudiantes considera que el lenguaje no es un elemento que determine su concepción de mundo.

Relación entre el lenguaje y la construcción de identidad del estudiante tomasino

Fuente: elaboración propia a partir de los datos obtenidos en las encuesta

A raíz de esto, hay que reconocer el papel que juega la forja de la identidad personal dentro de la construcción de mundo y a su vez que el lenguaje influye en dicha identidad y es un elemento que caracteriza a las personas, es decir que es un elemento que construye identidad y que hace parte de la identidad de una persona. Precisamente, el yo como sujeto social, que vive en sociedad, indiscutiblemente, influye en el otro con su accionar y en este caso con su lenguaje. De esta manera, el 79,8%, de los estudiantes reconoce que ciertas características de su propio lenguaje han influido en la identidad de los demás, pero depurando el análisis dentro de ese grupo el 15,2% admite que su propio lenguaje afecta específicamente en la identidad del otro porque esa persona apropia ciertas palabras que hacen parte de su lenguaje y el 12% considera que su lenguaje ha influido en la identidad del otro porque ha asumido particularidades de su lenguaje no verbal. Finalmente, un 20% asegura que su lenguaje no influye en dicha construcción identitaria.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos obtenidos en las encuesta

En esta misma vía, los sujetos entrevistados reconocen cual ha sido la injerencia que tiene el lenguaje de los demás en su propia construcción de identidad. De esta manera, el 81,6% de la población expresa y acepta que su identidad se ve influenciada por los lenguajes del otro al notar cambios en su propio lenguaje, dentro de este grupo un 18,4% considera que el lenguaje de los demás ha influido en su identidad porque ha tomado una actitud de rechazo frente a el lenguaje utilizado por otros. Dentro de este mismo grupo, el 11,2% encuentra que su identidad se ha visto moldeada por el lenguaje de los demás al asumir gestos que utilizan otras personas, es decir que han acogido unas características del lenguaje no verbal con los que se sienten identificados, que aprueban o que simplemente encuentran algún sentido para apropiarlos.

En esencia lo mismo que ocurre con el 19,2% de la población que considera que el lenguaje verbal que usan los demás influye en su construcción identitaria al adoptar palabras que usan otras personas. Finalmente, existe un 18,4% de los estudiantes que considera que su lenguaje no es un factor que determine en la identidad del otro.

Así, si se comparan ambas perspectivas, los porcentajes permiten inferir que la mayor parte de la población considera que influye a los otros con su lenguaje y es influenciado por el lenguaje de los demás de manera general, y finalmente entre el 20%- 18% de la población existe la idea de que el lenguaje no afecta en absoluto la construcción de identidad en la sociedad.

Relación entre el lenguaje y el pensamiento que hace el estudiante tomasino.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos obtenidos en las encuesta

Desde otra arista, el estudiante reconoce o no, la relación que existe entre el lenguaje y el pensamiento, entendiendo que el primero permite crear unas ideas mentales sobre dicho mundo. Así pues, en primera instancia se plantea si existe alguna relación entre el lenguaje propio y el pensamiento que crean los demás sobre ese lenguaje, que en el caso de los estudiantes, el 82,4% consideran que su lenguaje contribuye a que el otro cree ideas del mundo y un 17,6% que no le resulta determinante su lenguaje para que los demás generen en su mente conceptualizaciones o ideas.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos obtenidos en las encuesta

Por otro lado, se intenta entender la relación que existe entre el lenguaje de los demás y su propia construcción de pensamiento. Es así, que el 78,4% de los estudiantes considera que el lenguaje de los otros influye en la creación de sus propias ideas y un 21,6% sostienen que el lenguaje de otros no influye en su construcción de pensamiento. En contraste, ambas relaciones (lenguaje propio- pensamiento de los demás y lenguaje de los demás- pensamiento propio) guardan una relativa proporcionalidad, es decir que hay casi el mismo porcentaje de estudiantes que considera que su lenguaje influye en la manera de pensar de los demás, que aquellos que consideran que el lenguaje de otros influye en su pensamiento, lo que permite evidenciar que la población de estudiantes sugiere que existe una relación entre el lenguaje y el pensamiento de manera general.

Conclusiones

En primer lugar, el análisis refleja que el lenguaje es un universo complejo que indiscutiblemente se compone de diversas formas como los gestos, los movimientos, las palabras y las expresiones, que puede catalogarse a grandes rasgos como lenguaje verbal y no verbal. Con esta premisa, se identifica que los estudiantes de la Universidad Santo Tomás si utilizan diversas formas del lenguaje para jerarquizar su realidad y su entorno, bien sea a partir de la adjudicación de etiquetas o la clasificación en grupos, que convierte al lenguaje en un instrumento útil que ayuda a dar orden al mundo de cada persona, pues con el análisis se logra comprender que de una u otra manera cada persona tiene unas formas muy particulares de entender e interpretar su entorno.

Por otro lado, se entiende que dentro de esta estructuración existen dos elementos que hacen parte del universo del sujeto, su identidad y su pensamiento. La primera, según los estudiantes, es influenciada directamente por el lenguaje, creándose una relación lenguaje- identidad. Esto, tiene un doble sentido, pues los demás pueden influir en su propia construcción de identidad, pero también el lenguaje de esa persona influye en la identidad del otro, siendo esta una relación constante y reciproca que se genera rápidamente e inconscientemente en la mente de una persona.

Además, siguiendo esta misma línea, los estudiantes reconocen que existe una relación entre el lenguaje y el pensamiento, bien sea por qué el lenguaje del otro permite asumir unas ideas con respecto al mundo o por que el lenguaje del mismo individuo es determinante para el pensamiento del otro. De igual forma, este es un ciclo que se da de manera repetida y por ello se puede concluir que los estudiantes construyen y jerarquizan su mundo por la influencia mutua y por tanto el otro siempre será imprescindible para edificar la realidad. El resultado es que el lenguaje se convierte en un punto clave para configurar el pensamiento y la identidad y por tanto su propia versión de mundo.

Referencias
Aguilar Martínez, S. (2013). El papel del lenguaje en la construcción de la identidad en la organización de tipo familiar. Casa abierta al tiempo, 11-15.
Bajtin, M. (2011). Las fronteras del discurso. Argentina: Las Cuarenta.
Borjas, B. (2007). Lenguaje y pensamiento. Organización de las Naciones Unidad para la Educación la Ciencia y la Cultura, 14-34.
Díaz Rico, S. (2019). Encuesta de google: Lenguaje, pensamiento e identidad en la USTA. Bogotá. Obtenido de https://docs.google.com/forms/d/1YCpUPTKQXjOOxz0VUdEMfQFGSK6fco3hJIGkONbTS9M/edit
Eddy Ives, L. (2014). La identidad del Adolescente. Cómo se construye . Revista de Formación Continuada de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia, 14-18.
Lopez, A. (24 de Marzo de 2016). El lenguaje, ¿determina nuestra percepción de la realidad? la hipótesis Sapir-Whorf. Obtenido de: https://www.eldefinido.cl/actualidad/plazapublica/6671/El-lenguaje-determina-nuestra-percepcion-de-la-realidad-o-la-hipotesis-SapirWhorf/
Maldonado Ruiz, J. (2018). Parques, rutas y murallas mentales. Narrativas epistemológicas de una conciencia afectada. Bogotá: Ediciones USTA.
Moisès Esteban, María Nadal, J., & Vila, I. (2007). El Papel de la Lengua en la Construcción de la Identidad: Un Estudio Cualitativo con una Muestra Multicultural. Universitat de Girona.
Mounin, G. (1979). LinguÍstica y Filosofía. Madrid: Editorial Gredos.
Paramo, P. (2008). La construcción psicosocial de la identidad y del ser. Revista Latinoamericana de Psicología, 13.
Taylor, C. (2006). Las fuentes del yo. Barcelona : Paidós .
Vygotsky , L. (2003). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona: Editorial Crítica .
Zárate Ortiz, J. (2014). La identidad como construcción social desde la propuesta de Charles Taylor. Eidos, 118- 120.

Anexos:
Preguntas del cuestionario
1) ¿Qué entiende usted por lenguaje?
2) Cada vez que comienza un semestre y conoce personas nuevas en la universidad ¿Cuál es la reacción que tiene usted, frente al lenguaje utilizado por quienes no conoce?
3)¿Cree que el lenguaje utilizado por usted de alguna manera ha influido en la construcción de identidad del resto de sus compañeros de clase?
4) ¿Cree usted que el lenguaje que utilizan las demás personas en la universidad ha influido en la construcción de su propia identidad?
5) ¿Cree que su lenguaje influye en la manera de pensar de las otras personas en la universidad?
6) ¿Cree que el lenguaje utilizado por los demás influye en su manera de pensar?

Sofía Díaz Rico *
Estudiante de Comunicación Social
Universidad Santo Tomás

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.
ARTE-FACTO Revista de Estudiantes de Humanidades. ISSN 2619-421X (en línea) enero de 2020 No. 13

 

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