El cuerpo desde el cristianismo y la cyborización

Angie Yamile Ariza Quiroga*

En este ensayo se aborda el tópico del cuerpo humano como objeto del cristianismo y el transhumanismo.

E transhumanismo es un movimiento postmoderno y en la actualidad los rumores sobre el mismo son divulgados ampliamente. De hecho, algunos de sus planteamientos parecieran más sacados de películas o guiones de ciencia ficción. Pero, pese a todo pronóstico el movimiento presenta adelantos ideológicos y acciones relevantes que deben tenerse en cuenta. Este se basa en planteamientos que buscan transformar la corporeidad humana suprimiendo los límites del cuerpo, a través de la manipulación genética o biológica usando las nuevas tecnologías, para ir más allá de lo humano.

La religión debe retomarse como un conjunto de creencias, símbolos y costumbres enmarcadas dentro de una idea de divinidad y de lo sagrado. Otro elemento importante es la religiosidad a través de la cual “se concretiza la religión en el ser humano en su unión y búsqueda de Dios y por consiguiente la búsqueda de respuestas a sus situaciones límite” (Pascagaza y Prada, 2018, p. 3). Ahora, el cristianismo se entiende como una religión monoteísta que está basada en las enseñanzas y milagros realizados por Jesús de Nazaret, su libro más importante es la Biblia dividido en Antiguo y Nuevo Testamento.

En cuanto al tema desde donde se realizará toda la disertación “el cuerpo”, se debe entender como la composición resultante de la unión de piezas o partes que conforman el organismo humano y que resulta de vital importancia para la existencia de la vida humana. En segundo lugar, delimita lo establecido en el cristianismo y el transhumanismo entorno al cuerpo. Así, desde el cristianismo se retomó lo mencionado en la Biblia en el libro de Génesis en donde se dice que el hombre fue creado por Dios a su imagen y semejanza dotando a cada persona de dignidad, está como una característica innata por el hecho de ser y existir. Así mismo, dentro del cristianismo se pregona el dogma de que el ser humano está constituido por el cuerpo, el alma y el espíritu y que estos son elementos pertenecientes a una unidad indisoluble, a partir de la cual la idea de cielo e infierno pueden existir y ser explicadas. Esta visión de la religión cristiana respecto del cuerpo es la de una visión tridimensional, mecanicista y funcional, en la que resulta trascendente la comunicación con Dios, estableciendo que la meta máxima del cuerpo es la divinización o espiritualización.

Por otro lado, desde lo presentado por la Asociación Mundial Transhumanista en su Declaración de 1998 se valora al ser humano como proyecto inacabado que no ha alcanzado su punto elevado o consumado en la evolución. Así, plantean que no es posible aún hablar de un ser humano perfecto o valioso, sino de ser limitado y defectuoso. Por tanto, es necesario que este asuma la posibilidad de superarse, mejorarse y potenciarse a través del perfeccionamiento de aspectos relacionados con la calidad de vida, la disminución del dolor, la erradicación de los padecimientos, la mejora de la funcionalidad del cuerpo y el desarrollo de las capacidades cognitivas.

Respecto, al tópico del cuerpo, este será retomado desde lo enunciado por el concepto de la cyborización en el transhumanismo, que surge de la palabra cyborg entendida desde Martorell (2012) “como una entidad cuyo cuerpo deserta de la naturaleza transformándose en objeto de diseño” (p. 4), que admite la posibilidad de la mutilación, desprendimiento o la adicción de elementos.

En tercer lugar, como puntos de encuentros se hallaron los siguientes: el cuerpo del ser humano como un proyecto inacabado que puede modificarse y adaptarse, lo cual, según Santo Tomás de Aquino lo hace vivir con un constante deseo de perfección. Además, Berger (1999) menciona que esta característica de inacabado “promueve en sí mismo la necesidad de construcción de la realidad y del mundo” (Rodrigues, 2017, p. 19). Ahora, el transhumanismo menciona que para lograrlo es necesario la intervención de la tecnología y que siempre el hombre se ha valido de herramientas externas creadas por él para hacerle frente a las necesidades contextuales. Verbigracias de esto, es el transporte, hace algunos millones de años el hombre caminaba, pero una vez inventó la rueda fue capaz de conquistar el espacio terrestre y a su paso también el espacio marítimo y aéreo.

Igualmente, es de resaltar que en ambas posturas se retoma la importancia de la meta o fin último del hombre. La religión propone por su parte alcanzar la divinización o un alto grado de espiritualidad con Dios, basada en el servicio y en relación con los demás en el ámbito social, partiendo de que “la espiritualidad que no sirva para servirle a la vida, es una espiritualidad inconclusa, sosa, carente de trascendencia” (Vargas, 2015, p. 23) lo que no conducirá al hombre a su plan divino. También, el transhumanismo acepta que el ser humano tiene una meta y es concebida en los términos de la cyborización, que solo puede ser alcanzada por quien pueda desligarse de su misma corporeidad dotando de importancia a lo más importante, su mente, cerebro o psique que les dará la inmortalidad.

Sin embargo, sostienen profundos desencuentros epistemológicos y filosóficos desde lo establecido en la teoría de la cyborización, que promueve la “hibridación de lo orgánico y lo sintético, del hombre y la máquina” (Martorell, 2012, p. 3). Debido a que, desde esta teoría la corporeidad humana es frágil, débil y limitada en comparación con las características de las máquinas creadas por la inteligencia artificial que se deducen como superiores y por ello se retoman con énfasis el desdén por el cuerpo y la necesidad de trascender la misma humanidad del hombre. De hecho, la cyborización desde Fresneda (2003) tiene beneficios como; “la eliminación de la muerte, la mejora de los sentidos, la infalibilidad de la memoria, el aumento de la capacidad intelectual, el mayor rendimiento físico y el control de las respuestas emocionales” (citado en Martorell, 2012, p. 3), para lo cual es necesario el desprendimiento del cuerpo y transitar hacia una mente desligada de éste que pueda inmortalizarse y exiliarse en el espacio virtual sin necesidad de un otro, es decir, más ligado al concepto de la individualidad.

Frente a lo que el cristianismo se encuentra en total desacuerdo al establecer, como ya se había mencionado, la indisolubilidad de la unidad que compone al ser humano, es decir, negando cualquier posibilidad de desprendimiento del cuerpo y el alma. Además, mostrando que la corporeidad es necesaria en el cumplimiento del plan divino de Dios para con el hombre que es la divinización o la espiritualidad que sólo es alcanzada a través de la comunicación con Dios, el servicio y la armonía con un otro. Además, desde lo presentado por Juan Pablo II en su escrito “la teología del cuerpo” se menciona que el cuerpo también es en sí mismo un mundo a través del cual se comprende la necesidad, la satisfacción, la limitación y la posibilidad. En el cual surge el concepto de persona únicamente en la relación con el otro, siendo indispensable amar, servir y de dar con generosidad. En palabras textuales Juan Pablo II “el cuerpo expresa a la persona en su ser concreto ontológico y existencial, expresa el "yo" humano personal, que construye desde dentro su percepción exterior” (citado en Castilla de Cortázar, 2012, p. 5). De ahí, la importancia de la corporeidad para el cristianismo ya que es el cuerpo el medio para la interacción y finalmente para alcanzar su plenitud, felicidad y la meta divina.

Además, la teoría de la cyborización según la religión trae consigo inminentes peligros que no tendría regreso respecto a la corporeidad misma del hombre. En suma, a un aumento de fenómenos como la desigualdad social, la individualización, el egocentrismo y la incapacidad para comunicarse con Dios. Ya que, como lo establece Barrios la cyborización “no es sólo promoción e implantación de Prótesis, sino que implica un proceso de reconfiguración de la cultura con los sistemas de información, digitales y la articulación de lo humano y lo no humano” (p. 18).

A su vez, presenta discordia frente al planteamiento de la inteligencia humana como menor a la de las máquinas creadas por la inteligencia artificial. Ya que, las máquinas podrán ser capaces de decodificar, de hacer grandes problemas matemáticos. Pero, jamás podrán alcanzar la verdadera complejidad de la misma, que se observa en los sentimientos como la empatía, el amor, la bondad, la ternura, entre otros.

Finalmente, la cyborización es una teoría transhumanista con miras hacia el futuro, que podría entenderse por algunos como reduccionista y utópica. De hecho, ya Foucault menciona la imposibilidad de “tener un cuerpo sin cuerpo, un cuerpo infinito en su duración y bien que esta podía ser que la utopía primera, la más inextirpable del corazón de los hombres, que era justamente la utopía de un cuerpo incorpóreo” (citado en Martorell, 2012, p. 1). Lo cierto es que, en la actualidad el transhumanismo como movimiento y su teoría de la cyborización es causa de debate y más desde la religión. Según lo evidenciado en este texto existen un punto de encuentro y un punto de desencuentro en torno al cuerpo. Respecto del punto de encuentro que se comparten por las dos perspectivas (cyborización y religión) es que el cuerpo es entendido como un proyecto inacabado que puede modificarse y adaptarse a las exigencias del medio y en cuanto a las diferencias es que mientras uno promueve desligarse del cuerpo como una forma de transcender a lo humano (transhumanismo), el cristianismo lo considera necesario ya que la meta real del ser humano es la divinización, la cual solo puede ser conseguida en relación con Dios y el otro a través del cuerpo.

Nota

Este texto fue realizado para la cátedra optativa denominada “fe y razón según Santo Tomás de Aquino orientado por el docente Ernesto Fajardo Pascagaza durante el periodo 2019-2.

Referencias Barrios, E. V. Conferencia central: posthumanismo y transhumanismo: modos de gestión y productividad de lo viviente.
Castilla de Cortázar, B. (2002). Algunas consideraciones sobre la corporeidad. Pensamiento y cultura. Recuperado de; https://www.unav.edu › web › biblioteca-virtual › high › name=00000001.
Martorell Campos, F. (2012). “Al infierno los cuerpos”: el transhumanismo y el giro postmoderno de la utopía. Thémata. Revista de Filosofía, 46, 489-496.
Pascagaza, E. F., & de Jesús Prada, J. (2018). una mirada sobre algunas tendencias y prácticas religiosas en nuestro contexto. Revista Signos, 39(1).
Rodrigues Silverio, K. (2017). La influencia de la religión en la concepción del cuerpo y sus consecuencias en la educación física escolar= The influence of religion in the conception of body and its consequences in Physical Education at schools.
Vargas, C. J. P. (2015). La espiritualidad como medio de desarrollo humano/ Spirituality as a Means for Human Development/A espiritualidade como meio de desenvolvimento humano. Cuestiones teológicas, 42(98), 459.

Angie Yamile Ariza Quiroga**
Estudiante de Psicología
Universidad Santo Tomás

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y
no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.
ARTE-FACTO Revista de Estudiantes de Humanidades. ISSN 2619-421X (en línea) enero de 2020 No. 13

 

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