Sarah Ángel Corredor*
Mi país, Colombia, el que me recibió con los brazos abiertos, ha vivido muchas guerras, las cuales han costado vidas. Esta historia posiblemente inició antes de la década de los sesenta; en aquel momento esto se empezó a reconocer como una realidad.
Colombia ha pasado por diferentes escenarios del conflicto armado, los cuales involucran varios actores como: las guerrillas, los paramilitares, narcotraficantes, el gobierno, fuerzas armadas y, sobre todo, la sociedad. En 1946 y 1966, se originó una rebelión titulada La Violencia. Durante esta sangrienta etapa, el país estuvo dividido entre el partido Liberal y Conservador. En ese periodo, nuestro país fue testigo del inicio de una de las peores épocas, ya que se dio la aparición de guerrillas, narcotraficantes y grupos paramilitares.
Por otra parte, las guerrillas, un sabor amargo de solo pensar en ellas, “surgieron en la década de los sesenta” (Gallego, 2010, p.18), tituladas como “Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el “Ejército de Liberación Nacional” (ELN) y el Movimiento 19 de Abril (M-19)” (Anónimo, s.f). El narcotráfico da inicio con el cultivo y transporte de la cocaína en los años ochenta. En cuanto a los grupos paramilitares (Autodefensas), estos surgen a principios de esta misma década, con el objetivo de vengarse y protegerse de los actos violentos producidos por las guerrillas. Estos grupos se originaron en el monte, sin embargo, con el pasar del tiempo, se fueron expandiendo a distintos departamentos del país, generando olas de violencia durante más de cinco décadas.
Ahora bien, con respecto a lo mencionado anteriormente, esta crónica tiene el objetivo de relatar los diferentes factores que dieron paso a este conflicto en nuestro país. Entre ellos, mencionaré factores políticos, económicos, consecuencias sociales y algunas de las características que presentan las víctimas.
En primer lugar, las desigualdades económicas, la exclusión, discriminación de algunos sectores y la injusticia han generado resentimiento, el cual es el causante de la inconformidad y el conflicto presente en el país. “La depreciación de recursos económicos en algunos pueblos (sectores de la economía), como el comercio, agricultura, ganadería y minería, se vio afectado por las extorsiones o amenazas” (Yaffe, 2011, p.14). Por este motivo, es posible afirmar que los actores armados ejercían tal poder y control territorial, hasta el punto de afectar a estos sectores. “Dado esto, se pudo ver que la economía se desaceleró y la inflación empezó a explotar, en el año 1999” (Banco de la República, 1999, p.4). Esto como consecuencia, produjo una crisis económica visible, principalmente en las ciudades.
En segundo lugar, con respecto a las consecuencias sociales, se podría decir que estas son numerosas; algunas han dejado un impacto psicológico en las familias, especialmente en niños y jóvenes, ya que desde su infancia se vieron criados en medio del conflicto, siendo testigos del desplazamiento de los campesinos. Además, cabe resaltar también que los niños también fueron víctimas de la separación forzada de sus familias. Esto ha provocado una crisis social que el país ha tenido que enfrentar, pues estas personas tardan varios años en recuperarse de aquella vivencia traumática. Por otra parte, también vale la pena resaltar que las víctimas, tras sentirse vulnerables, deben enfrentarse al desplazamiento y a la problemática de establecerse en un nuevo territorio. Tras hacer este cambio, las víctimas también se enfrentan con el desempleo y la falta de oportunidades laborales.
Por otra parte, también están las familias que se vieron obligadas a entregar a un hijo, para que éste prestase su servicio militar para combatir contra la guerrilla o, en su defecto, terminase siendo parte de grupos armados, para así poder sobrevivir en aquellos tiempos de conflicto.
Ahora bien, otra de las consecuencias del conflicto son las muertes inhumanas de personas inocentes: civiles, activistas de Derechos Humanos, sindicalistas y secuestrados. Estos, por razones desconocidas, fueron asesinados y olvidados con el pasar del tiempo.
Para finalizar, las características de las víctimas del conflicto armado son una de las evidencias de cómo Colombia ha sido un país que ha vivido la violencia de una forma continua, pues, como mencionamos con anterioridad, hemos vivido la muerte de víctimas, el desplazamiento, el desempleo, la desaparición, la discriminación y la vulnerabilidad de las víctimas. Lo anterior ha causado innumerables heridas que no han podido sanar y han impedido cerrar el ciclo de la violencia. Además, también vale la pena mencionar que las discordias entre grupos paramilitares, guerrillas, narcotraficantes, y miembros de las fuerzas de seguridad del Estado, han dejado incontables seres humanos muertos, desplazados, desaparecidos y aterrorizados, entre muchos otros casos. Por otra parte, las consecuencias de la violencia también provocaron daños psicológicos en la población, los cuales han incidido negativamente en la vida de los ciudadanos, específicamente en la de aquellos que vivieron este periodo de violencia. Lastimosamente, las víctimas no han sido tratadas de la mejor manera por parte del Estado colombiano, dejando a un lado sus necesidades y privándolos de sus derechos fundamentales.
En conclusión, a partir de lo que he analizado con anterioridad, puedo afirmar que existe el miedo y el silencio de la sociedad con respecto a estos temas. Además, nos seguimos enfrentando a la lucha constante entre clases, la desigualdad social, la poca presencia del Estado (en zonas rurales), la existencia de ideologías políticas marcadas y, en especial, la ignorancia de las personas con respecto a la problemática que han vivido miles de familias y personas, gracias al conflicto.
Bibliografía
Gallego, C., (2010). FARC-EP Y ELN Una historia política comparada (1958- 2006) Recuperado de: http://www.bdigital.unal.edu.co/3556/1/469029.2010.pdf
Anónimo. (s.f). Términos y Siglas. Recuperado de: http://www.reincorporacion.gov.co/es/atencion/Lists/Trminos%20y%20Siglas/AllItems.aspx
Banco de la República (1999). La inflación empezó a explotar, en el año 1999. Recuperado de: https://www.banrep.gov.co/docum/Lectura_finanzas/pdf/enero_2.pdf
Tawse-Smith, D. (2008). Conflicto armado colombiano. Desafios, 19, 269-299.
Yaffe, L. (2011). Conflicto armado en Colombia: análisis de las causas económicas, sociales e institucionales de la oposición violenta. Revista CS, (8), 187-208.
Sarah Ángel Corredor*
Estudiante de Mercadeo
Universidad Santo Tomás
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ARTE-FACTO Revista de Estudiantes de Humanidades. ISSN 2619-421X (en línea) abril de 2021 No. 18