Karen Lorena Acosta Beltrán*
Colombia ha cargado con el peso de una guerra y un conflicto por 64 años que no solo ha afectado su entorno social y político sino que, también, ha tenido repercusiones en la economía y en el desarrollo del país. De igual manera, la guerra ha influenciado la pérdida de la cultura y la identidad nacional. Dado que existen tantos aspectos a evaluar condicionados por la búsqueda de la paz, mediante el presente escrito se hará énfasis en los retos y consecuencias que traerá el posconflicto y la firma del acuerdo de paz en Colombia.
Para desarrollar este propósito en un primer momento se hará hincapié en los principales retos y consecuencias que traerá el pos-conflicto y la firma del acuerdo de la paz en Colombia (que tuvo lugar el 24 de Noviembre de 2016) en el entorno económico; luego, en un segundo instante, se analizará si dicho acuerdo, como un gran paso que ha dado el país, dará resultados que posibiliten una economía más desarrollada o, por el contrario, una economía que tendrá que lidiar aún con las repercusiones del conflicto y la desigualdad.
Desde la aparición de los grupos al margen de la ley principalmente por la diferencia de los ideales políticos que nacieron y prevalecieron en el país, Colombia ha estado en la batalla por eliminar el conflicto, desarrollando intentos fallidos de acuerdos de paz a lo largo de los diferentes gobiernos. Sin embargo, se ha puesto fin a tantos intentos sin solución ni respuesta el pasado 24 de Noviembre de 2016, cuando el gobierno colombiano logró entablar conversaciones y consolidar un pacto con los representantes del grupo de las FARC. Con ello se pretende llegar a puntos comunes y específicos que permitan el cambio y abandono de la vida violenta para encaminarse otros mecanismo y, así, lograr la paz.
Dado que los temas del conflicto armado y la violencia han afectado todos los ámbitos del país, el acuerdo de paz trata de responder mediante diferentes “capítulos y puntos”. En los cuales se especifica una agenda donde predomina lo social, político, jurídico, económico e incluso cultural. Uno de los puntos cruciales para el desarrollo de dicha agenda es el que tiene que ver con la economía. En ese sentido, las variables y sectores analizados a continuación, visualizan en una línea de tiempo los posibles impactos y el posible rumbo de la economía tras tres años de la firma del acuerdo.
El punto principal es de la redistribución de las tierras. Es importante recordar que muchas tierras le pertenecían a campesinos y a familias, que afectadas por el conflicto debieron abandonarlas, por lo cual mucha dejaron de producir. Se sabe que el renglón de la agricultura es uno de los más importantes de la economía colombiana. Por lo cual se cree que con la firma del acuerdo y la entrega de las armas este sector se verá beneficiado con un aprovechamiento y mejoras en la productividad que conllevarán a un mayor consumo por parte de las personas y a un posible crecimiento del 3% de dicho sector económico. Esto será beneficioso para el PIB (medidor de la economía) porque será un aumento inesperado y de gran utilidad.
Otro factor económico importante es la inversión tanto privada como pública nacional y extranjera. Cabe resaltar que ésta será una de las variables que tendrá un crecimiento más acelerado a las demás, debido a que el gobierno tendrá que destinar varios de sus recursos para financiar todos los desastres, los fallos y los huecos del conflicto, de las guerras, de las armas y del dolor generado no solo a las víctimas sino también al resto del país. El acuerdo generará confianza para los inversionistas extranjeros que elegirán nuestro país para consolidar nuevos mercados y plataformas de industrialización. Las dos situaciones, recomposición de la infraestructura nacional e inversión nacional y extranjera generarán más oportunidades de empleo y circulación del dinero.
El aumento en la inversión extranjera y de las exportaciones será un punto importante en la economía del país. Cabe recordar que gran parte de la financiación y del sustento de Colombia se basa en las regalías del petróleo y en el sector minero energético y de hidrocarburos que buscan una balanza de pagos superavitaria que generará un aumento en las exportaciones y dará una buena imagen al país para ser atractivo a los mercados extranjeros que beneficiarán un aumento porcentual de hasta el 10%.
La disminución de los homicidios, del desplazamiento, de los secuestros y del reclutamiento tanto de menores de edad como de militares demuestra que ambas partes están cumpliendo con el cese de violencia. Con esto el gobierno dejará de invertir los 12.000 dólares en defensa militar que destinaba para combatir los grupos al margen de la ley, y los asignará a la educación de campesinos para el estudio de la tierra y su adecuada explotación con la ayuda de nuevas herramientas de la era tecnológica. Lo cual contribuye enormemente al primer punto que sae ha mencionado, la redistribución de tierras.
El PIB, un importante medidor y cuantificador de la economía del país que no podía dejarse de lado, pues el comportamiento de éste en razón a las anteriores variables dará a conocer a los demás países el rumbo y la estabilidad de Colombia, para así, hacer unas posibles predicciones en materia de inversión, empleo y reparación. Según predicciones y análisis del Departamento Nacional de Planeación (DNP), se prevé que el país avance entre un 4% y 6% luego de 3 años de la firma del acuerdo, en donde se tendrán más ingresos y por tanto un aumento en el ahorro que será beneficioso para este indicador económico y por tanto dar un gran paso al desarrollo de toda la nación.
Las variables anteriormente mencionadas son de igual manera los puntos económicos más importantes extraídos del acuerdo de paz según su influencia y repercusión en el rumbo del país. Hay que tener en cuenta las palabras del Coordinador de las Naciones Unidas en Colombia, Fabrizio Hochschild, “la paz traerá beneficios económicos y ayudará a entender mejor los problemas estructurales del país como la desigualdad”. Repasando los beneficios económicos y una posible aceleración económica, se tiene un sistema financiero más estable, menos víctimas y una mejor calidad de vida para las mismas y para todo el pueblo Colombiano, dando una visión positiva del rumbo de la economía y de la relación directa entre el acuerdo de paz establecido y entre los beneficios económicos que éste traerá consigo.
No hay que dejar de lado ciertos retos que hay que tener en cuenta para lograr una verdadera transformación social. Algunos de estos retos son: eliminar la brecha entre los estratos sociales, disminuir la desigualdad con el apoyo de organismos supra nacionales que velan por el cumplimiento en toda instancia de los derechos humanos, eliminar las deudas innecesarias, evitar las fluctuaciones del mercado, disminuir el desempleo y controlar los precios para evitar inflaciones y tener una estabilidad.
Finamente, el acuerdo firmado y que ya está en marcha, es y será un factor muy importante y beneficioso para la economía del país que presentará retos por cumplir pero que lo convertirá y lo hará más eficaz con una mejor distribución de tierra y una mejor relación entre sus pobladores que estará conviviendo y poniendo en práctica el tema de la paz, la justicia y la verdad, para que viviendo con estos temas, se deje de lado la violencia y el conflicto, puntos que, lo pueden llevar a ser una economía en vía de desarrollo a largo plazo y un buen atractivo para el comercio exterior.
REFERENCIAS
“Los efectos económicos de apostarle a la paz” [en línea]. El Heraldo, Revista de Barranquilla. Junio.-en.2016. Disponible en: https://www.elheraldo.co/economia/los-efectos-economicos-de-apostarle-la-paz-253860
Economía y Negocios. (10 de Diciembre de 2015). EL impacto del proceso de la paz en la economía se vería a los tres años. El Tiempo. Recuperado de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16453742
Acosta, J. (24 de Agosto de 2016). Los retos de la economía tras el fin del conflicto. Portafolio. Recuperado de http://www.portafolio.co/economia/retos-de-la-economia-colombiana-tras-el-acuerdo-de-paz-499846
Karen Lorena Acosta Beltrán
Estudiante de Economía.
Universidad Santo Tomás
Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.
ARTE-FACTO. Revista de Estudiantes de Humanidades
ISSN 2619-421X (en línea) julio-septiembre 2017 No. 3