Nicolás David Pulido Yandi*
Más de 2000 personas habitan entre las cuadras de las calles novena, décima, la carrera 15 y carrera 15ª, allí encontramos una zona sin ley o al menos no jurídica, la única ley que domina en este lugar es una natural donde "el más fuerte sobrevive". Esta zona, conocida como el Bronx o cartucho, a inicios del siglo XX era un lugar exclusivo y lujoso donde la clase alta habitaba en casas con puertas y ventanas de estilo florentino y balcones donde hermosos cartuchos blancos colgaban; pero en 1949, luego del bogotazo, estos habitantes empiezan a trasladarse a lugares más al norte de Bogotá, por ejemplo, a la localidad de chapinero. En poco tiempo pasa de ser un lugar de clase a un lugar de drogas y prostitución donde operan pandillas y bandas criminales. Su nombre actual es similar al del barrio neoyorquino donde habitan pandillas y su población es mayormente afro y latinos.

 *Santiago Muñoz Mosquera Ella volaba. Campos y montañas pasaban bajo sus pies con tan admirable irrelevancia. Volaba para aquí y para allá. A través de tormentas y huracanes.  Se perdía entre las espesas nubes para volver a aparecer del otro lado, sonriente y empapada. Volaba de edificio en edificio. Se paraba en las cornisas, saltaba y reía su caída. Pero cuando la muerte ya alzaba las manos para abrazarla entre su pecho, cambiaba el rumbo del destino como si la gravedad ahora la atrajera hacia el cielo y no hacia aquel pavimento adoquinado.

 

*María Alejandra Manyoma Leal

Colombia es un territorio de riquezas distinguido por su gran diversidad que se pierde en una red de indiferencia y temor. No se puede negar que, lamentablemente,  la historia del país se ha forjado bajo principios violentos impulsados por la corrupción que claramente no son resultado de unas cuantas décadas sino de toda una historia que moldeó el comportamiento de la sociedad colombiana y como hoy en día se conoce. No podemos hablar de lo que somos si claramente no entendemos el por qué somos así.

*Andrés Sebastián Cañas Valencia

Debo decirlo, viví en Melgar, es casi mi pueblo natal. Bogotá no es mi lugar de ensueño, de hecho, en mi niñez siempre me decía que nunca viviría en esta ciudad, no tuve grandes experiencias cuando venía y debido a que siempre tomaba como comparación a Medellín, mi ciudad, las circunstancias eran cada vez más adversas para nuestra capital. Sin embargo, heme aquí, viviendo hace ya más de dos años, en los cuales, aunque con cierto recelo, la ciudad me ha tratado bien y sin darme motivos por los cuales quejarme. Pero no solo eso, he sido un afortunado, porque he tenido la posibilidad de conocer los aspectos más hermosos de la ciudad. Primero, viví en cercanías al parque Simón Bolívar, el pulmón más grande de Bogotá, la escasez de zona verde en la ciudad hace de éste un lugar de trascendencia y como siempre tuve un acceso muy cercano a este lugar, nunca extrañé la naturaleza del pueblo.

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