Celso Gustavo Reyes Torrado*

Posiblemente uno de los sueños que todo colombiano promedio tiene durante su vida es el conseguir un techo para vivir. Quienes lo consiguen pueden contar historias con rasgos muy diferentes enmarcados por lágrimas, luchas y alegrías. Sin embargo, en este momento no intento plantear una reflexión sobre cómo, cuándo, dónde conseguir vivienda, ni siquiera criticar las particulares condiciones que facilitan o no su adquisición. Nada más apartado de lo anterior. En esta ocasión quiero resaltar cómo mi casa se convierte en casa de todos y en ese sentido en mi propia cárcel.

Alfredo Gil Rico*

Siendo muy pequeño me dijeron que si tenía suerte ella vendría, que no era nada fácil conseguirla. Algunas veces me puse en guardia para encontrarla y reconocerla, pero no llegó. La esperé durante largas noches de invierno cuando el frío penetraba mis huesos. Durante muchos días claros de verano, empeñé algún tiempo tratando de forzar al destino para admirarla, palparla, acariciarla.

Juan Sebastián Granados Rodríguez*

Bar de Bogotá, 1:26 AM.
Estuve mucho tiempo perdido entre los libros, creyendo que el mundo era mío, pero lo que yo no sabía era que hacia parte del mundo, me gustase o no.

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