Yuli Lorena Ramírez Ávila*

¿Dónde queda el Estado social de derecho cuando se culpa a una mujer de su propia muerte?, una muerte que además fue degradante, si se supone que el Estado Social de derecho está basado en el respeto por la dignidad humana y que además también debe velar por los derechos de la mujer. ¿Es acaso un delito ser mujer? ¿Ser mujer acaso significa debilidad? ¿Es acaso un pecado ser mujer? ¿Es acaso una maldición nacer mujer en un mundo marcado por patrones culturales machistas? ¿Quién puede elegir si dejarnos vivir o simplemente acabar con nuestra vida?

Sandra Yulieth Naranjo Muñoz*

"La mujer debe abstenerse de entrar a redes sociales, pues se expone a ser vulnerada mediante
ataques a su intimidad con contenido sexual explícito".
Anónimo

Todos saben, aunque nadie admite, que las redes sociales exprimen lo poco que nos queda de cordura. Y es que, qué tan cuerdo es exponerse a ser calificado, denigrado e, incluso, ser objeto de conversaciones ajenas a lo moralmente correcto, esto muchas veces por el "exceso de confianza". Sin embargo, cabe reconocer que como mujeres esperamos demasiado, confiamos demasiado e incluso damos más de lo necesario en un perfil.

 

David Leonardo Ardila Segura*

El fútbol, conocido por muchos como el deporte más influyente alrededor del mundo, ha sido uno de los escenarios más importantes para la religión. Esto se debe no solamente a los propios deportistas, los cuales antes de disputar cada encuentro se encomiendan a su Dios, sino además todos aquellos que hacen parte y que viven del deporte antes de ir a «El Templo»1  para alentar al equipo al cual han decidido seguir, de una u otra forma, se encomiendan a Dios para que al volver a casa sea con una sonrisa después de observar las buenas actuaciones del equipo y los triunfos que son el objetivo de todo hincha.

María Fernanda Medellín*

Todas las características esenciales de un ser humano están determinadas por los genes, los cuales dan formación a una agrupación que reciben el nombre de genotipos, dichos genes son elementos de herencia que habitan en los cromosomas y cada uno de ellos está formado por una molécula de ADN haciendo que en el cuerpo humano existan millones de ellas, donde cada una determina un función diferente y nos hace parecer distintos a los demás. A partir de dicho contexto surge como intención investigativa el (PGH) “Proyecto del genoma humano” el cual busca la manipulación de los genes a través códigos genéticos diferentes a los del padre y la madre en el momento de la fecundación, lo que busca dicho proyecto es corregir los genes defectuosos que hacen que el ser humano sufra de complicaciones degenerativas más adelante. Se piensa que el desarrollo del estudio de los genomas y los proyectos que han surgido a partir de esta investigación se va desarrollado como una especie de manipulación en los laboratorios en donde los científicos juegan a ser los “dioses” de la creación. [1,2] 

 

María Paula Espejo Vinasco*

La mujer ha sido a lo largo de la historia subvalorada en la sociedad, considerándola, incluso, como un ser inferior y atribuyéndole unos determinados patrones que deben seguir para cumplir con las expectativas que tiene la sociedad en relación a ella, estos estereotipos de género, transmitidos a través de la influencia social, son los que hacen que la mujer tenga menos posibilidades que el sexo masculino. Ahora bien, aunque dichos aspectos han sido reforzados y en gran medida creados por la religión, una de las mayores fuerzas culturales de todas las sociedades, no ha sido esta la única responsable de la construcción de esta inequidad, pues otros estamentos como son: la ciencia, el lenguaje, los medios de comunicación e incluso el mismo Estado, han facilitado el mantenimiento de esta desigualdad.

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