Adrian Garabito de Los Santos*
A las 5:30 am, cuando suena el teléfono del apartamento con la noticia de que su padre ha muerto, Adrián, un chico de 19 años, de baja estatura, amante de las matemáticas y del deporte, y primer hijo varón de su padre, se encuentra profundamente dormido. Martí, que se había levantado más temprano de lo habitual a causa de un fuerte dolor de estómago que lo había atormentado toda la noche, logra escuchar el teléfono sonar y sin ningún ánimo baja hasta donde estaba y responde.
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