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La muerte de Lola

Santiago David Cadena Rojas*
En la vida las cosas van y vienen, el ciclo del vivir siempre llega a su fin, pero no se sabe a ciencia cierta cuándo será ese óbito, cuándo será el último día en que estemos con nuestros seres queridos compartiendo, riendo o llorando. La repentina muerte llega sin avisar, a ella no le importan las cosas que cada quien sienta; esta es la historia de muchos, particularmente la de “Lola”. Era una tarde calurosa en Medellín, capital de Antioquia, cuando ella, una trabajadora del común, quería distraerse y despejar su mente del trajín de todos los días, de estar siempre ocupada y no poder dedicarle más tiempo a su hijo Carlos Andrés Henao, y decide así planear un paseo a algún lugar cerca de donde vivían.





