Perro calle

Laura Daniela Sánchez León*

Cinco de la mañana; Bogotá despierta bajo una fría y espesa lluvia que busca derribar las ventanas; en el horizonte solo se ven pequeñas luces ocultas tras una densa cortina de neblina; la ciudad va despertando y con ella, el caos. Paola toma un café cargado como de costumbre mientras siente el frío entumecer su cuerpo; cierra sus ojos dejando de lado el despertar de la ciudad y desea que ese día no sea tan desesperanzador como lo fue el anterior. Seis de la mañana, ve como la luz del sol busca atravesar aquella montaña que rodea la ciudad, es la señal que le recuerda que ya es hora de salir a trabajar. Su labor: alimentar a perros y gatos por igual; rehabilitar, esterilizar y dar en adopción es una prioridad.

arbol mango

Andrea Carolina Villa González*

San Sebastián, Buena Vista (Magdalena). Me encuentro en el centro de la casa de mis abuelos, el calor es grato y dulce. Papanegro, mi abuelo, se encontraba sentado meciéndose bajo la sombra, y me encuentro yo, devolviéndome a las remembranzas de mi niñez. Aquí vengo a contar mi historia, de aquel palo de mango que cada tiempo del año llena de fruto, color e historia aquella casa que recoge cada momento íntimo y dulce de mi niñez.

Finca

Ximena Andrea Arias Contreras*

Año 1990, en los recónditos campos de Tauramena, Casanare, una tragedia desgarradora marcó la vida de Adriano, un humilde campesino que vio cómo su hogar fue azotado por las garras implacables del conflicto armado que se alzaron en los llanos colombianos, despojándole a Adriano su finca y con ella, su sustento y arraigo. Llega febrero y en medio de esta pesadilla, el destino cruel le arrebata a uno de sus 15 hijos, un acto de violencia que lo hace abandonar todo lo que conocía y emprender una huida de la mano de su esposa y demás hijos.

Huellas

Marlyn Dayanis Estrada Murillo*

“Destino o casualidad” es la frase favorita de una de las canciones de mi madre, la mujer menos afectiva que conozco pero la más romántica y sentimental. Que irónico escribiendo esto me doy cuenta en que más soy parecida a ella, aparte del rostro idéntico al que ella dice ser su madre plasmada en mí.

A quemarropa ed

Michael Felipe Alonso Niño*

La voz de auxilio eran unos trapos rojos colgando en las ventanas de las zonas más populares del país, el séptimo país más desigual del mundo tenía miles de alacenas sin un mercado; un trapo fue la marca del hambre y de una pobreza extrema como consecuencia de una crisis sanitaria a nivel mundial (COVID-19).

Buscador